“Soy así y es imposible que pierda mi forma de ser en el campo ”

¿Le hacen caso los jóvenes en el vestuario?

Intento no hablarles mucho porque estamos en una sociedad en la que si estás todo el día hablando, te escuchan menos; pero me siento respetado y saben de mi experiencia. Sí creo que me hacen caso.

¿Le respetan más los rivales?

Quizás me conocen más, son tantos años. Sí me respetan. Tengo una imagen fuera muchas veces distinta a lo que tiene un compañero que sabe cómo soy en el día a día.

Lleva tres tarjetas amarillas...

Estoy demasiado templado (bromea). Si saco el cálculo de tarjetas que tengo a lo largo de mi carrera, la mitad prácticamente sería por protestar y muchas de ellas siendo consciente de que me la iban a sacar. Hay veces que hay que hacerlo. Los años también te dan otro tipo de semblante, de ver las cosas de otra manera, aunque sí es imposible que pierda eso porque soy así y es mi forma de ser.

¿Valverde sí ha cambiado?

Diría que no. Es una persona que a nivel de grupo y gestión es muy inteligente, sabe cómo hacerlo y qué le voy a hablar de la experiencia que tiene a nivel deportivo. Un entrenador ideal para estar aquí. Al final desgraciadamente a todos, se nos valora por los resultados, no sólo por lo que trabajas el día a día. En ese sentido el fútbol es muy injusto porque puedes ser un sinvergüenza y que la semana vaya bien, ganes y todo el mundo te alabe y, sin embargo, cuando van mal puedes ser el mayor profesional del mundo que parece que no sirve de nada.

¿Hubo foto con Zubi y Joaquín juntos en San Mamés?

No coincidió. Valoro mucho las carreras de larga duración porque sé lo difícil que es. En el fútbol no sirve de mucho lo que hayas hecho ayer porque mañana hay otro examen. Los 622 partidos de Zubi en Liga tienen un valor añadido, un mérito terrible, porque ahora, con cinco cambios, es más fácil llegar a esas cifras ●