Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Como Iribar no hay ninguno
El 1 de marzo no es una fecha más en el Athletic. Un 1 de marzo nació el león que más veces ha defendido la casaca rojiblanca, negra en su caso. Iribar, el portero de porteros, cumple hoy 81 años. Zorionak, Txopo!
El pasado año en esta misma fecha el mundo del fútbol se volcaba con uno de los grandes mitos del Athletic. Todo un número 1 no podía nacer otro día. En diferen-* te mes y año, quizás; pero siempre que fuese el 1. Iribar, el mítico Txopo, celebra hoy su 81 cumpleaños.
Su figura sigue siendo igual de alargada que cuando en su infancia volaba de jersey a jersey, de piedra a piedra o de palo a palo en la playa de Zarautz. Los buenos porteros de antes, dice la leyenda, empezaban a dar sus primeros pasos en la arena. No se les solía dar nada mal tampoco jugar a pelota en el frontón. En aquella época no existían ordenadores, big data, ni inventos parecidos.
El puro instinto de supervivencia ayudaba a los txikis a manejarse en situaciones más o menos comprometidas a la hora de intentar que el balón o cualquier cosa esférica que se le pareciese acabase en gol. Iribar, dicen, fue además pionero en montar contraataques. Su gran arma era entonces el saque con la mano en largo. Desde su área hasta el centro del campo o más allá incluso.
Un club privilegiado
El Athletic tiene el privilegio de tener como referencia a todo un auténtico uno. A nivel de partidos jugados con la camiseta rojiblanca, a nivel de embajador del club y a nivel humano. Buen deportista, mejor persona.
El año pasado todo el mundo del fútbol se sumó a la celebración de los 80 años de Iribar. Porteros de todas las edades, categorías y países quisieron lucir en su espalda en torno a esta fecha el número 1. Muchos de ellos vestidos además de negro, como mandan los canones.
Desconozco a la hora de escribir estas líneas si el Athletic ha llegado o no a la final de Copa. Eso fue ayer. Hoy toca felicitar a Iribar, el mítico Txopo, y entonar otro año más aquello de “Iribar, Iribar, Iribar es cojonudo, como Iribar no hay ninguno”