Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
OTRO CAPÍTULO DE LEYENDA
➔ Ejemplar regreso de Rafa Nadal, que empezó su tercer torneo en año y medio ganando sin todo su tenis ➔ Ganó a Cobolli, 6-2 y 6-3, para tener hoy (16:00 h) un test más complicado ante el australiano Alex de Miñaur
Épica es remontar dos sets en contra en una final del Open de Australia. También ganar veintidós títulos de Grand Slam, incluidos catorce Roland Garros. Entra dentro de esta dinámica conseguir doce Barcelona Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó.
Pero la gesta no sólo son resultados, remontadas imposibles o partidos agónicos. También va más allá la rebelión contra la incertidumbre de cómo responderá el cuerpo después de dos años encadenando uno y otro problema físico. Pasar por el quirófano, y no conformarse. Acabar un Roland Garros apoyándose en unas muletas, y seguir buscando soluciones.
Rafa Nadal volvió a activar el modo épica, gesta o como quieran calificar a un deportista sobrehumano. A sus 37 años, teniendo que sacar con muchas precauciones para proteger al tocado abdominal, regresó 1.087 días después a su club, el RCT Barcelona, arrasando.
El rey de la tierra batida es inmortal. Puede ganar o perder (está más acostumbrado a lo primero), pero su respuesta continúa siendo de otro planeta. En su sólo tercer torneo en año y medio, un triunfo muy meritorio en casa.
Lo afronta como si fuera su último Godó, pero con el espíritu combativo que compone su ADN. Regresó como lo dejó en 2021 cuando levantó el trofeo. Nadal ganó 6-2 y 6-3 en 1h.25’. Al nº 62 del mundo, a un joven italiano llamado Flavio Cobolli, que conoció de primera mano cómo se comporta una leyenda.
Hoy, no antes de las 4 de la tarde, el nivel sube una barbaridad, porque delante tendrá al australiano Alex de Miñaur, nº 11 ATP, pero Nadal será un héroe. Llegó a la Pista Rafa Nadal con el público levantado, se marchó con una ovación aún mayor. El público se rindió a su resiliencia inagotable.
“No se me van a quitar las dudas en un día, las físicas. Necesitas días en el circuito. Ha sido una primera ronda, él ha cometido errores y yo he jugado el partido que tenía que jugar. A lo que puedo controlar, feliz por la victoria y jugar en casa”, señaló tras meterse en segunda ronda, dieciseisavos.
“No voy a ponerme a sacar como un loco, con la precaución que mi momento me manda. En momentos voy con más cuidado, a veces me libero. Va dentro de la lógica y aceptarlo”, detalló.
Siempre ha sido un maestro en competir con lo que dispone en cada situación. Rendirse no figura en el manual. Echa mano del recurso que le ayude a competir.
Cierto que Cobolli falló. Era su debut en el torneo, ante un mito y con todo el mundo en contra, con la excepción de su equipo técnico. Pero los focos se centran, como no podía ser de otra manera en Rafa Nadal, que dio otra lección de que la mente te lleva a dimensiones desconocidas si las fuerzas.
681 días sin pisar en competición la tierra batida, cuando ganó su decimocuarto Roland Garros en junio de 2022, con el pie izquierdo dormido. A las 16:45 horas de ayer rugió la central con 8.000 espectadores empujando a Rafa Nadal. “¡Vamos Rafa!”, gritó con intensidad un aficionado después de que Rafa Nadal cometiese una doble falta, perdiese los dos primeros puntos. Sirviendo a 170 km/h. con el primer saque, alrededor de 150 con los segundos. Luego se atrevería a alguno de 185 km/h. Con menos armas, con igual convicción. Con esa mirada de depredador, el gesto serio, concentrado, mostrándose como un muro ante el inexperto rival.
Manejando los tiempos, los espacios, el instante. Maestría. Una gesta más. Sólo él sabe cómo capea las dificultades, cómo las vive bien en solitario o rodeado de los suyos. Cuando compite, va con todo. A ver cómo responde su cuerpo. “No sé si seré capaz de seguir ese ritmo”, el que marcará De Miñaur. “Es un poco como la selva, no sabes lo que te vas a encontrar ahí, en mi cuerpo”, significó Rafa