Cualquier tiempo pasado fue mejor
La Real sigue dando motivos para no confiar en ella. Es cierto que desde la llegada de Eusebio Sacristán se ha generado un estado de ilusión, sobre todo por las sensaciones que venía transmitiendo el equipo desde la llegada del técnico vallisoletano, pero en la primera prueba de cierta envergadura, que era remontar un 2-1 en Copa, el equipo no estuvo a la altura de las circunstancias y escribió un nuevo capítulo para olvidar, el enésimo, en una competición en la en su día llegó a tocar el cielo con las manos. Pero está visto que cualquier tiempo pasado fue mejor, y que va a ser muy complicado, por no decir imposible, volver a vivir algo parecido a aquellas gestas de un equipo del que su afición se sentía orgulloso.
Ayer la Real se equivocó desde el principio. No fue a por el rival desde el pitido inicial y dejó que Las Palmas se fuera creciendo en torno al balón, que es la única manera en la que se siente seguro. Solo en el inicio de la segunda mitad, ya con la eliminatoria muy cuesta arriba, parecía que el equipo blanquiazul iba a por el partido. La afición se las prometía muy felices tras el golazo de Sergio Canales, pero la reacción duró 20 minutos. Nada más. El balón era propiedad absoluta de Las Palmas. Los realistas ni la olían, ya que el cansancio comenzó a hacer mella. Y así se fue fraguando el nuevo fracaso de la Real en Copa