SENY Y FIGURA
La piloto catalana asegura llegar más preparada que nunca a un rally abierto tras la retirada de Coma Quiere acabar su sexto Dakar, tomárse con calma la primera parte y tirar de experiencia en la segunda
Laia Sanz siempre se muestra muy prudente cuando toca hablar de objetivos en el rally Dakar, pero con sus gestas ella misma eleva el listón. En su año de ‘rookie’ en 2011 acabó en el puesto 39º, plaza que al año siguiente repitió. En 2013 rozó el top-10 (12ª) en la octava etapa. En 2014 fue 16ª en la general, con un séptimo en la novena etapa. Y el pasado año consiguió la doble gesta de acabar 9ª en la general y un quinto en la octava etapa en la que llegó a rodar tercera a falta de una treintena de kilómetros para el final de la especial. Ya no se trata sólo de récords femeninos, que ya los ha batido todos; se trata de que ya es ‘uno de ellos’, referencia del Dakar en motos y se ha ganado ese dorsal amarillo con el número 12 que marca la diferencia.
“Todo el mundo espera mucho de mí y pide mucho, pero habrá más nivel que nunca y la carrera va a estar muy abierta. Que no esté Marc Coma (vigente campeón) ha abierto mucho más la carrera. Hay hasta veinte pilotos que pueden ganar etapas y el ritmo de carrera subirá y será de auto eliminación. Repetir el top-10 no será nada fácil, pero soy realista y ambiciosa”, dijo la 17 veces campeona del mundo entre trial y enduro.
“Hay que tomárselo con calma la primera semana, que será muy rápida. Eso no me viene bien a mí y no tengo que agobiarme. En la segunda parte será más de navegación y donde la experiencia será muy importante. Ahí se hará la criba”, apunta la piloto de Corbera de Llobregat y residente en Seva.
Tras sumar su cuarto título mundial consecutivo de enduro, Laia se centró ya en los raids disputando Marruecos y Merzouga. Su debut oficial con la KTM 450 rally se produjo en la Baja Aragón.
“Es el año que llevo más kilómetros en rallies, también he tenido la moto con tiempo para poder entrenar y cuando tienes algo bueno es fácil acostumbrarse. Estar en el equipo oficial KTM de enduro me lo ha puesto también todo más fácil para centrarme en entrenar y hacer bien el trabajo. Ahora toca hacerlo bien allá, pero marcho tranquila sabiendo que se han hecho bien las cosas”, apuntó.
La retirada por sorpresa de quien debía ser su jefe de filas, el vigente campeón Marc Coma, ahora director deportivo del Dakar, la ha dejado sin la impagable opción de aprender del más grande y compartir estructura en el KTM Factory Team: “Fue un shock. Sabíamos que no le quedaban mucho años de competir en motos, pero al menos esperaba compartir un Dakar más con él. Pero en el equipo tenemos otros pilotos fuertes y con experiencia como Viladoms o rápidos como Toby Price, Matthias Walkner o Antoine Meo. Lo bueno de este equipo es que puedo hacer mi carrera, todos podemos hacerla y más sin Marc que todo está muy abierto. Según vaya cada uno si se tendrá que ayudar, lo veremos sobre la marcha. Pero todos tenemos las mismas opciones y corremos con el mismo material, y eso se agradece mucho”.
Laia ha cambiado la Honda oficial por una KTM oficial. “Es complicado compararlas. Lo que sorprende más de la KTM es que tiene más potencia en bajos, está muy pensada para rallies, la electrónica es más sencilla y cuando se desmonta es mucho más fácil. Si tienes un problema es muy rápido desmontar el motor. En Marruecos tuve un problema y fui capaz de arreglar el problema”, apunta.
Reconoce que después de entrar en el top-10 en 2015, lo que por fin le ha valido el dorsal amarillo (da prerrogativas tales como si tienen un mal día los recolocan y respetan ‘galones’ al día siguiente), “ha habido un cambio en como me miran y seguramente habrá más presión, estarán más pendientes de lo que haga. Sé que pedirán mucho de mí, pero con la calma”