“CREO MUCHO EN EL METODO"
Pako Ayestarán (Beasain, 1953) apenas duró 20 días en la Real de Iñaki Badiola. No ha vuelto. Este guipuzcoano, trotamundos del fútbol, especialmente reputado por su vanguardista capacidad analítica, de trabajo y entrenamiento, afronta la oportunidad de su vida ya que tras más de un cuarto de siglo en banquillos de medio mundo, primero con Rafa Benítez (Osasuna, Extremadura, Tenerife, Valencia y Liverpool) y después en solitario (Benfica, Al-Ahly, Estudiantes Tecos, Maccabi y Santos Laguna), acaba de ser confirmado como entrenador del Valencia para la próxima temporada. A un mes de empezar esa apasionante aventura, comparte sus reflexiones con MD.
¿Cómo se siente después de haber sido confirmado como entrenador del Valencia para la próxima temporada?
Con mucha ilusión y muy agradecido por la convicción en mí que están demostrando tanto la secretaría técnica como los dueños.
¿Es su oportunidad más importante?
Quizá es la que puede tener más trascendencia pero todos los proyectos en los que me he involucrado los he considerado importantes.
Lleva casi 30 años trabajando en el fútbol, siempre fuera de Gipuzkoa. ¿Siente que en casa es un desconocido?
Quizá un desconocido en lo que al público en general se refiere porque o bien he trabajado de asistente, en segundo plano, o bien cuando he sido primer entrenador lo he hecho en el extranjero. Pero la gente del fútbol en Gipuzkoa sí me conoce.
Preséntese. ¿Cómo es Pako Ayestarán como entrenador?
Un técnico que fundamentalmente cree en el método. El tener una forma de hacer las cosas te da consistencia, la consistencia te genera una cultura de trabajo que es importante porque te da una identidad. El resultado debe llegar fruto de los procesos que tengas instaurados. Creo mucho en el trabajo en equipo y, en cuanto a estilo de juego, me gusta que mi equipo sea proactivo. Los valores a instaurar en el club me parece lo más importante para generar una forma de hacer las cosas.
¿A qué valores se refiere?¿El método, los valores, no chocan con la idea existente de que el futbolista vive del talento?
No debería chocar. El ejemplo más claro es el ‘10’ argentino que, tradicionalmente, ha sido un jugador de calidad, bien posicionado, que juega de enganche, técnico y que, históricamente, se ha creído que no era trabajador. Una vez hablando con Pablo Aimar recuerdo que me dijo que su padre le comentó: ‘Si los demás pueden correr, tú también’. Una cosa es tener calidad pero no debe estar reñida con el trabajo. El trabajo, la ambición, la profesionalidad son valores que hay que tener en cuenta a la hora de firmar a un jugador, no sólo si responde técnica y tácticamente a lo que pretendes.
¿Al jugador le gusta entrenar, corregir o siempre cree que sabe más que el entrenador?
La palabra profesional marca la frontera con el amateurismo. Y parece que cuando firmas ese primer gran contrato, parece que ya está, que ya has pasado la raya. Es uno de los grandes errores en el fútbol, algo que no ocurre en el resto de deportes. En el fútbol cuando pasas la raya parece que todo está hecho, que no hay nada que mejorar, no hay nada más que hacer. Y es todo lo contrario.
Explíquese.
Cualquier futbolista, por muy alto nivel al que esté jugando, siempre tiene cosas que mejorar. También es verdad que, como una vez dijo Ferguson, el futbolista siempre busca el camino más corto. Hay que convencerle que siempre hay un aspecto a mejorar. Que hay que salir de esa zona de confort en la que vivimos cómodos, haciendo lo que dominamos, con miedo a tomar riesgos. Salir de esa zona de confort es lo que al futbolista le hace evolucionar y ser mejor de un año a otro. Para eso hay que elegir futbolistas que se adapten a esa forma de pensar.
¿Va a poder hacerlo en Valencia, un club y una plaza complicada?
Voy a tener posibilidad de incidir. La época de los Ferguson o Wenger se está acabando incluso en Inglaterra. Quiero decir que los clubs tienen mucho que decir a la hora de firmar
jugadores porque tienen que resguardarse, en la medida que un proyecto no salga bien, sin hipotecarse con una tipología de jugador. Siento que mi opinión es tenida en cuenta y que los valores que quiere instaurar el club y los míos van a una.
Sus inicios tuvieron que ver con la preparación física. ¿Cuándo se sintió entrenador?
Me he sentido entrenador siempre. De hecho en el 89 mi primera experiencia fue como entrenador del Beasain, si bien es cierto que cuando empecé mi carrera con Rafa Benítez fui más preparador físico o asistente. Pero lo de ser entrenador ha sido una evolución natural. Llega un momento que para poder expresar lo que sientes, tienes que hacer tu camino. No porque no puedas hacerlo junto a alguien, pero congeniar en todo es difícil y de segundo a veces sientes que vives el proyecto de otro. Quería expresar una forma de sentir el fútbol y un club, no sólo en cuanto al estilo de juego sino a cómo entiendes la estructura de un club y en qué debe basarse el rendimiento.
¿Tiene algún referente?
Fue Guardiola quien dijo que todos tendemos a copiar ideas que se adaptan a nuestros gustos. Luego, fijándote en muchos entrenadores y estilos, vas generando tu propia filosofía de trabajo y de juego. En los últimos años el entrenador que más ha aportado al fútbol es Guardiola o el trabajo defensivo de presión del Dortmund que llegó a la final de Champions. Hay muchos referentes. Incluso entrenadores con los que no comulgas por su estilo de juego pero sí por la convicción que son capaces de generar en su equipo. El rendimiento depende de muchos factores y no todos son técnicos o tácticos. Hay muchos espejos en los que mirarse para generar la filosofía más integradora.
¿No cree que los banquillos son un coto cerrado en el que no es fácil entrar sin ser exfutbolista?
No por ser exfutbolista puedes ser entrenador. Hay que valorar a la persona pero es difícil porque en el fútbol hay muchos prejuicios. Hay muchos entrenadores que aportan poco y otros que nunca llegarán a Primera que pueden aportar más.
Vive en Inglaterra y estuvo tres años en el Liverpool. ¿Con qué se queda del fútbol español y del inglés?
El fútbol español tiene un nivel mucho más elevado de comprensión del juego. Y eso permite a jugadores como Silva, Mata o Ander Herrera, destacar en Inglaterra sin tener un nivel condicional alto porque leen bien el juego, juegan entre líneas, se alejan de referencias... El fútbol inglés tiene un gran componente mediático, con una economía superior al resto, la pasión y el respeto que existe son fantásticas pero a nivel de comprensión del juego están atrasados.
Todos los técnicos de éxito son extranjeros…
En los últimos años el fútbol ha evolucionado y los entrenadores ingleses no han evolucionado con él.
¿Qué es Anfield Road para usted?
Un sentimiento, una forma de entender el sentimiento de pertenencia a un club. El cariño, la pasión, el respeto que sientes en Liverpool te marca. Eso da muchos puntos. Los jugadores del Villarreal, tras la semifinal de la Europa League, salieron impresionados.
Ha trabajado con muchos grandes jugadores pero en Liverpool conoció a Gerrard. ¿El mejor que ha tenido?
Stevie ha sido uno de esos jugadores capaz de echarse el equipo a las espaldas y cambiar el rumbo de los partidos. Y sobre todo cómo sienten el fútbol. Como dijo Bill Shankly, el fútbol no es tan importante como la vida o la muerte, es más importante. Así lo entienden los ingleses, como el centro de su vida, y eso es importante en un profesional.
Valencia, Liverpool, Benfica, México, Israel… Tiene puertas abiertas en todo el mundo. ¿Mantiene contacto con sus exfutbolistas?
He tenido la suerte de ser respetado por todos ellos y de que me hayan hecho un hueco en su vida. Mantengo contacto con Hyppia, Carragher, Stevie... La valoración de ellos hacia mí ha sido siempre positiva y de hecho ahora fiché por el Valencia porque Gary Neville le preguntó a Carragher por mí y éste le dijo que me contratara sin dudarlo