Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

¡QUÉ DOLOR!

La Real pierde en el minuto 93 tras dominar un partido en el que se olvida de disparar a portería El Villarreal se acerca a dos puntos y la Champions se aleja para un equipo que echa en falta a Willian

- Ángel López

Qué dolor. La Real sufrió un rejonazo sangrante en la última jugada de un partido que no supo ganar y parecía no querer empatar. Se volcó tanto en querer derribar el muro del Villarreal, al que ejerció un auténtico escrache en la primera parte, que descuidó su propio hogar y Castillejo se lo allanó en el minuto 93. El maleducado goleador amarillo mandó callar a una grada que se fue a comer en silencio sí, y con el estómago agujereado por esa bomba final que amargó el domingo. La espléndida temporada hace que no haya drama: la Real sigue quinta, aunque se le hayan alejado a cuatro y ocho puntos los puestos Champions y acercado el Villarreal a dos. Hay Liga para soñar.

En el primer encuentro sin su delantero centro titular, la Real le lloró desde el primer al último minuto, aunque el castigo provocado por ese tanto canalla del descuento fue excesivo. Sin Willian José, a los txuri urdin les faltaron el acelerante en las jugadas más cercanas al área, sobre todo en esos minutos de asedio total en los que no encontraba las llaves para penetrar en el área, y los centímetro­s y el poderío cerca de la portería. Juanmi se fajó y lo intentó, pero es otra cosa. La Real pierde entidad sin su ‘9’.Y va a estar fuera un mes.

Los parámetros del juego realista fueron los de siempre: total control del balón, búsqueda de asociacion­es desde atrás, profundida­d de los laterales y presión adelantada. Pero les faltó el poso y la dinamita de Willian José y la magia de Vela. Se ve que la mañana del domingo no es tiempo para exhibirla. Tras dos exhibicion­es seguidas, el maya estuvo espeso, fallón, hasta renqueante. Y eso es como decapante ácido para la Real.

En la primera parte, el dominio realista fue abrumador, insultante, pero no se tradujo más que en una ocasión clara. Y en el duelo a muerte que supuso la segunda,con un Villarreal más abierto y

Vela jugó, pero se olvidó de la chistera en casa y Rulli dio vida al ‘submarino’

decidido a resarcirse del 0-4 que le infligió el jueves la Roma, las dentellada­s del submarino herido terminaron por convertirl­e en vencedor. Escribá alineó a ocho de los titulares 61 horas antes. La Real se adueñó del cuero y lo sobó hasta casi borrarle el signo de Nike, pero, a la hora de verdad, Asenjo no se ensució los guantes.

Sí salió en las fotos su homólogo del otro bando, Rulli. Sería injusto culparle de la derrota porque el zarpazo final fue, aunque centrado, a bocajarro. Y el platense llegó a tocar el balón. Pero resulta curioso que en la semana posterior a citar destinos posibles para él, con los que sueña, como el Manchester City o el Real Madrid, Rulli no estuviera ni para los Juegos Olímpicos del Arco Atlántico. Todos los sustos que provocó el Villarreal fueron por errores del argentino, al que le escurrió un balón que era suyo dejando a Bakambu solo con la portería descubiert­a y que esperó bajo el larguero que el Villarreal acertara con alguno de sus cuatro remates al borde o dentro del área pequeña en un córner.

Se olvidan del mazo

La Real tuvo el balón durante un

68% del tiempo en un primer acto en el que sólo metió miedo nada más empezar, con un cabezazo cruzado de Navas a centro de Illarramen­di que salió a centímetro­s del poste. El mutrikuarr­a encontraba por dentro a un espléndido Zurutuza y a Prieto, que conseguían lanzar a los dos laterales, pero no había un ‘9’ para cazar esos centros. Faltaba el faro. El público se acordó de Willian y también de Agirretxe, cuyo nombre coreó en el minuto 9. En partidos como el de ayer es más sangrante su eterna e injustific­able ausencia.

El Villarreal defendía con un repliegue intensivo y todo el equipo metido en el último tercio del campo. Y así fue capaz de tapar todos los pasillos interiores. Odriozola y Yuri llegaban a línea de fondo, pero cuando lograban filtrar pases hacia adentro, no aparecía ningún rematador. Vela, cuyas musas no quisieron madrugar, lanzó alto un libre directo peligroso forzado por Zurutuza.

El acoso dura una hora

Tras el descanso, el partido pareció desarrolla­rse por los mismos derroteros. Rulli donó el cuero a Bakambu, que falló a la media vuelta con la portería vacía. Fue un inciso en medio de un acoso pertinaz, que permitió a Vela otra falta en el borde del área que desperdici­ó y un cabezazo en plancha de Juanmi cerca del poste en su único remate. Alcanzada la hora de encuentro, éste se descarnó.

El Villarreal, motivado porque había salido ileso, comenzó a estirarse con transicion­es rápidas y logró enloquecer el duelo. Bakambu no llegó a un centro de Mario en el que Rulli se quedó a media salida y Odriozola, providenci­al en su sprint, abortó una fácil contra. Antes de la cuádruple ocasión, con larguerazo de Bruno incluido, Yuri se lanzó a una batalla en solitario, pero su zurriagazo pegó en el lateral de la red.

El tramo final fue un combate de ‘kick boxing’, de reparto de golpes.Lástima que fuera la Real la que acabó en la lona. Bautista, sustituto de Juanmi, acarició el gol en plancha tras una dejada de Navas y 110 metros más allá Sansone engañó a casi todos menos al árbitro con un infame piscinazo.

El punto era oro. El Villarreal seguía a cinco, el cuarto puesto, a tres. Pero esta Real odia los empates. Por eso lleva sólo dos. Es enemiga del conformism­o. Yuri, ahogado, ya sólo atacaba. Y llegó la banderilla de fuego. Cómo duele

Inconformi­sta y enemiga de los empates, pagó ir a ganar cuando el punto era oro

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FOTO: UNCITI Xabi Prieto es sujetado por Mario mientras espera el saque de un córner
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FOTO: UNCITI Álvaro le cierra el paso a Oyarzabal para que Asenjo recoja el esférico antes que el eibartarra

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