Otro Arteaga, quince años después
Axier, hijo de Juan Mari, afronta en el “mejor momento” su primera final desde que es profesional
Han tenido que pasar tres lustros exactos, 15 años enteros, para que otro Arteaga se involucre en los bastidores de un frontón. Juan Mari pasó desapercibido en los 90. Su hijo, Axier, está a las puertas de conquistar su primera txapela como profesional: juega el sábado la final del Parejas de Segunda.
El Campeonato de Promoción se decide en el Beotibar. Arteaga II y Erasun se miden a Peña II y Salaverri. El delantero de Lasarte cuenta que es su “mejor momento”. También el de su zaguero. “Nos conocíamos mucho porque en aficionamos jugábamos mucho juntos”, puntualiza.
Estima Arteaga que “si hacemos algo diferente en la semana de la final, nos presionamos mal y es peor”. Ayer se dedicó a las tareas eminentemente físicas, hoy efectuará una sesión más específicamente técnica, mañana es la elección de material en el Beotibar antes de que tanto jueves como viernes descanse, vele armas antes de la final.
Axier Arteaga compagina los ganchos y los ‘besagain’ con sus estudios. Cursa INEF, pero matiza que “mi prioridad absoluta ahora mismo es la pelota”. Los entrenamientos matutinos le impiden acudir a clase, por lo que “por la tarde recupero las horas perdidas y me dedico a estudiar”, relata. “Por ahora voy bien”, admite.
El último lasartearra en ser profesional fue el aita de Axier, Juan Mari, a la sazón un referente: “Si no fuera por él, seguramente no habría sido pelotari, gracias a él he mamado la pelota. Desde que era pequeño jugaba, en el salón de mi casa”, exterioriza con naturalidad Axier Arteaga. Juan Mari duró 15 años como profesional y colgó el gerriko en 2000.
Jugó en la Real alevín
Juan Mari Arteaga no ha sido el único espejo en el que se ha mirado Axier. “Toda mi familia es pelotazale”, afirma. Una influencia tan poderosa que incluso derribó el sueño de cualquier chaval guipuzcoano: Arteaga II perteneció a las filas de la Real en categoría alevín, pero renunció al fútbol en beneficio de la mano.
Arteaga II tiene 20 años, mide 1,84 metros y ya ha cumplido sus primeros 365 días como profesional. Alcanzó las semifinales en el pasado Parejas Promoción con Ander Imaz a sus espaldas. Venía de deslumbrar en aficionados.
Para aquellos que aún no han dado con sus virtudes, Arteaga II se autodefine como un delantero “agresivo” y sentencia que “me gusta atacar más que defender”. Se está curtiendo como un especialista en el juego de aire: su escorzo predilecto es el gancho. Reconoce que “todavía tengo mucho que aprender”.
En la final del sábado habrá un duelo vistoso en los cuadros alegres, por lo que dice Arteaga: “Peña también es de los que entra mucho de aire y desde lejos. Tiene varias cualidades”, apunta. “Los dos intentamos entrar mucho en juego, poner mucho ritmo al partido y rematar”, señala.
El Beotibar de Tolosa le gusta, no sólo porque sea un recinto en el que se entrene mucho. “Los últimos partidos me han salido bien ahí”, añade Arteaga II, un estilete de estilo definido y cuyo futuro está por definirse. Ganando finales se empieza a escribir la historia