A LA TERCERA, LA VENCIDA
Mikel Landa vence en solitario en Piancavallo y se saca la espina de los dos segundos puestos anteriores Nairo Quintana se coloca líder, aunque necesita aumentar sus 38 segundos de renta sobre Dumoulin
La siguió y la consiguió. Después de quedarse con la miel en los labios dos veces esta misma semana, Mikel Landa levantó por fin los brazos ayer como ganador de la jornada del Giro de Italia. Si el martes cedió en la llegada ante Vincenzo Nibali y el jueves hizo lo propio frente a Tejay van Garderen, ayer se sacó de golpe las dos espinas al alcanzar en solitario la línea de llegada situada en la cima de Piancavallo.
El ciclista de Murgia mantiene con esta victoria su idilio con la ronda italiana, en la que en 2015 se impuso en otras dos de sus cimas clásicas, Madonna di Campiglio y Aprica. Aquel año ya se marchó del Giro con sabor agridulce, puesto que en la maleta volvieron esos dos triunfos y un tercer puesto en la general, pero el corredor alavés regresó a casa convencido de que las órdenes de equipo fueron las únicas que le impidieron pelear hasta el final por la primera posición.
El actual Giro está siendo de todo menos sencillo para Landa, que en la novena etapa se fue al suelo en una caída provocada por una moto, que le hizo pensarse seriamente su continuidad. Lo que sí cortó de raíz esa moto fueron sus aspiraciones clasificatorias en la ‘corsa rosa’, que quién sabe hasta dónde podrían haber llegado de no haber sido por ese infortunio.
Pero Landa ha reaccionado a lo campeón. Siguió, aguardó a la montaña, donde mejor rinde, donde todos le esperaban. Apareció en cada jornada de montaña, peleando por el triunfo, en la escapada buena. Pudo llegar el martes, pero no supo estuvo acertado en la llegada con Nibali. Tuvo otra ocasión el jueves, pero también se vio superado en el momento de la verdad por Van Garderen. Pero al alavés le restaban todavía fuerzas para buscar su victoria, para aumentar el contador de triunfos vascos en el Giro que puso en marcha el guipuzcoano Gorka Izagirre en la octava etapa y lo continuó en la undécima jornada el vizcaíno Omar Fraile. Faltaba el triunfo alavés y llegó ayer para quien no cejó en el empeño, Mikel Landa, para quien a la tercera fue la vencida.
El ciclista de Murgia se metió en una escapada buena en la que también viajaban aspirantes al triunfo parcial como Pierre Rolland, Luis León Sánchez o el portugués Rui Costa. Como al pelotón no pareció molestarle esa fuga, los escapados llegaron con una buena renta al comienzo de la subida a Piancavallo. Landa supo esperar su momento. No se puso nervioso con los primeros ataques en el grupo y sólo se movió cuando cogió ventaja Rui Costa. El alavés alcanzó al luso y le atacó cuando quedaban diez kilómetros para meta. Atacó y se fue en solitario, estableciendo un hueco de más de un minutos que le permitió presentarse en solitario en la línea de meta, con margen para saborear ese triunfo que al rey de la montaña se le había resistido en dos ocasiones esta misma semana.
Nairo Quintana, nuevo líder
Junto al triunfo parcial de Landa, la noticia de la jornada fue el cambio de líder, posición que coge, a falta de dos jornadas Nairo Quintana. Dumoulin se quedó en el comienzo de la subida y su reto pasó a ser perder el menor tiempo posible, con la mirada puesta en la decisiva crono del domingo. Le ayudó al holandés que ni Quintana ni Nibali mostraron muchas fuerzas y únicamente Pintor fue el que pudo lograr algo de renta. El colombiano recupera el primer puesto nueve jornadas después, pero sabe que los 38 segundos de renta que tiene sobre Dumoulin deben crecer en la jornada de hoy o se quedarán en nada en la crono, en la que el holandés es el gran favorito