Miedo a la locura
La del sorteo del calendario de la Liga es siempre una de esas mañanas bonitas del verano. Que sí, hay que jugar contra los 19 rivales y tal y cual, pero es inevitable estar pendiente de lo que decrete ese extraño y dirigido sistema que tiene la Federación para estipular en qué orden afrontará la Real las 38. Igual de imposible es no hacer las clásicas cábalas: que si aquí hay diez partidos en los que se puede ‘esprintar’, que si hay que llegar al final de Liga con un buen colchón porque es de aúpa, que si el derbi en la jornada 35 va a ser decisivo. Al final, casi ninguna de esas cosas se acaban cumpliendo, porque uno de los que parecía una perita en dulce acaba siendo la revelación, porque los temibles rivales de las últimas jornadas no se juegan nada o porque ese gran derbi que todos esperábamos acaba descafeinado porque ya no hay objetivos en juego para ninguno. Pero este verano, quizá tan impredecible como lo que finalmente nos deparará el almanaque, es qué jugadores estarán en la plantilla el día 1 de septiembre. En Anoeta parecen atrincherados a la espera de que aparezca el Inter de Milán con 32 millones para Iñigo, con Vela puede pasar cualquier cosa y este verano puede surgir cualquier sorpresa desagradable en los interminables 40 días que quedan hasta el cierre del mercado. Porque da la sensación de que se avecina una tormenta de millones: el Real Madrid acaba de ingresar 80 por Morata , el Mónaco podría tener un dineral escandaloso si vende a Mbappé y qué decir del Barça si el PSG paga 222 millones por Neymar . La demencia se ha apoderado del fútbol y esa es una noticia nefasta para un club como la Real. Demasiado tiburón con demasiado dinero. Qué miedo, qué locura. Que llegue el 1 de septiembre cuanto antes