Belleza como homenaje
La Real facturó una primera parte brutal en la que sentenció el partido, vapuleando al Villarreal, al que le hizo tres goles y le pudo hacer alguno más como el mejor homenaje a Xabi Prieto. El capitán, lejos de esperar qué tipo de fiesta le habían preparado para celebrar sus 500 partidos en la Real, se puso al frente de las operaciones y con la emoción y su sensibilidad futbolística a flor de piel, lideró una belleza de obra a la que un Villarreal menor sólo pudo asistir desbordado. Agradecido, incluso de que la enorme diferencia que se vio sobre el terreno de juego, no se concretara con algún gol más. La afición, con su espontáneo y emotivo reconocimiento al capitán en el minuto 10, muy por encima del cutre gesto que organizó el club, vibró como hacía tiempo que no lo hacía en el primer partido del curso en Anoeta. Hubo cánticos para todos, con especial emotividad los dedicados a Agirretxe, que volvió a jugar en un estadio en el que no se notó que el fondo sur estuviera vacío. El ambiente fue mejor que en muchos partidos con el aforo completo. Todo ello lo provocó una actuación redonda de la Real, fundamentada en un grupo con un elevado nivel técnico que redujo a la nada a un Villarreal con bajas, pero que fue el quinto de la pasada temporada. El día que se conocieron los rivales europeos de la Real, los txuri urdn ofrecieron una imagen soberbia al viejo continente. No estarán muy tranquilos Zenit, Vardar y Rosenborg tras ver jugar ayer a un equipo que está engrasado, cuyo comportamiento parece una continuidad de la pasada temporada y que, si los resultados se aliaran con él, podría ser líder en el primer parón de Liga. Ilusión desbordada en el inicio de una temporada que promete emociones fuertes