La regata pendió de un hilo
Se barajó la posibilidad de retrasarla al miércoles
El suspense se apoderó de la bahía donostiarra en los minutos previos al horario establecido para el inicio de las regatas. Las previsiones no fallaron y el fuerte viento del noroeste, de fuerza 5-6, que saludó la mañana amenazó la celebración de la segunda jornada. Un vistazo al campo de regateo a primera hora de la mañana daba miedo.
Las alarmas saltaron hacia las nueve y media, cuando los técnicos salieron al campo de regateo para colocar las balizas de la regata femenina. La fuerza del viento convirtió la tarea en imposible, quedando las balizas 2 y 3 sin poder colocarse al romperse la cuerda.
Ante el panorama que se avecinaba y el riesgo que había para los remeros, se reunió el Comité de Seguridad en el Ayuntamiento de Donostia para estudiar la celebración o no de la regata. Durante casi una hora se discutió sobre el tema, con los clubs posicionados en favor de la celebración de la misma. Sobre la mesa también se puso la posibilidad de retrasarla al miércoles, día en el que mejoraban las previsiones, aunque, tras analizar las condiciones, se tomó la decisión, por 5 votos a 3, de celebrar las regatas, aunque variando el formato de la regata femenina debido a la imposibilidad de colocar dos balizas. De esta forma la prueba femenina pasó a celebrarse en formato contrarreloj, con salida de las embarcaciones de minuto en minuto en orden inverso a la clasificación. Acto seguido se realizó el sorteo de calles para la regata masculina