La entrada a la ciaboga
Ha sido una regata de mucha emoción y muchos nervios por el retraso, por las condiciones de la mar y porque La Concha siempre es diferente. En esas condiciones Orio ha sido quien mejor se ha sabido amoldar y lo ha hecho perfecto, sobre todo porque cuando hemos visto cómo en la primera tanda todos iban entrando en la calle 3 y 4, Orio ha girado, se ha aprovechado de una mala entrada a ciaboga de Urdaibai cuando parecía que se escapaba, ha cogido la proa de regata y a partir de ahí ha volado. No sé lo que podría haber pasado si en el momento de ciabogar Urdaibai hubiera llegado con esa renta que llevaba, pero ha pegado un par de botes que han desequilibrado el bote, echando un poquito a estribor la proa y ha tenido que hacer una ciaboga muy abierta. El bote, además, se le ha quedado parado, hay que volver a arrancarlo y te la estás jugando contra Orio, que no es cualquiera y que ha sabido aprovecharlo. Ahí es cuando lo ha hecho perfecto. Tenía que romper la regata antes de llegar a Puntas, lo ha intentado varias veces, le ha aguantado Urdaibai pero, tras coger otra ola, le ha sacado siete segundos y los que hemos remado en La Concha sabemos lo que es esto. Ahí sabes que vas a ganar y el que se siente ganador se crece y al que se queda atrás se le cae el mundo encima.
En la regata femenina San Juan se ha sabido adaptar mejor que nadie. Cuando he visto la mar a la mañana, habría suspendido la regata, aunque luego, viendo lo que hemos visto, no lo hubiera hecho. No obstante a mí, como deportista y aficionado, me ha fastidiado que no hayamos visto una tanda porque se ha desvirtuado todo un poco