Un golazo y poco más

Misión cumplida para una Real que ha puesto casi sus dos pies en la siguiente ronda de la Copa del Rey. El 0-1 obtenido en Lleida y que el partido de vuelta se juega en Anoeta hace pensar que el conjunto blanquiazul no tendrá ningún problema para estar en el próximo torneo del ya mal llamado torneo del K.O. -el actual formato apenas deja cabida a las sorpresas de los modestos-. El conjunto txuri urdin dejó la eliminatoria vista para sentencia gracias a un zapatazo desde su casa de un Sergio

Canales que por fin encontró el premio que tanto tiempo llevaba buscando. El cántabro no marcaba desde 2015 y mira que había porfiado desde entonces, sobre todo con disparos de larga distancia, pero ninguno como el de ayer, un señor gol que se coló por la misma escuadra de la portería defendida por Oliveros. Ese zambombazo fue lo único destacable de un partido soso por parte de los de Eusebio Sacristán, que controlaron la primera parte sin apenas crear ocasiones y que sufrieron algo más en la segunda. Tanto lo fue así que el bienvenido Toño se tuvo que emplear a fondo para evitar que Valiente pusiera la igualada en el marcador final. Seguro que el portero riojano fue uno de los que más contento acabó el partido, ya no solo por jugar sus primeros minutos en tiempo, que también, sino por el simple hecho de mantener su portería a cero. Inolvidable seguro que lo fue para el debutante Ander Guevara que jugó sus primeros minutos oficiales con el primer equipo de la Real. P oco más destacable en un partido en el que Adnan Januzaj, que se llevó todos los elogios tras sus dos destellos de calidad frente al Espanyol, apenas dio señales de vida. Solo con una volea en la primera parte que se fue por poco. También Juanmi estuvo cerca del gol, pero se lo impidió Oliveros. Solo Canales fue capaz de batir la portería del conjunto ilerdense, un gol que mete a la Real, salvo debacle en Anoeta, en los octavos de Copa