El hábito de ganar fuera

Cuando uno viaja en Europa, sobre todo si es seguidor de la Real, todo es nuevo. Es posible que, por mera rutina, para los grandes equipos del continente los desplazamientos europeos se les hagan tan familiares como los de la Liga. No es el caso de la Real y su gente que saben lo que se pueden encontrar en el Coliseum de Getafe o en el Benito Villamarín, pero para los que las incursiones más allá de los Pirineos incluyen una dosis de excitación que no sólo afecta a la enorme ilusión que supone un partido europeo fuera de casa. La escuadra txuri urdin jugará hoy por primera vez en Noruega, vigésimo destino europeo en la historia de un club que desea ampliar su registro en años posteriores, repitiendo presencia en la Europa League o incluso en la Champions. Para ello es necesario ganar partidos como el de hoy, convertir en hábito la concreción de la superioridad ante adversarios objetivamente inferiores. Con rotaciones o sin ellas. Sin excusas como el césped o el frío. Como lo hizo la Real en Macedonia. Uno de los grandes aportes de Eusebio en sus dos años en el club ha sido la dotación al equipo de un espíritu ganador lejos de Anoeta. En Liga ha ganado 16 de los 38 partidos jugados. Ahora hay que dar un paso más y demostrar en Europa, donde históricamente ha costado más ganar fuera de casa, los argumentos que han traído a la Real a este punto