Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

La Ertzaintza responsabi­liza de los altercados a los ultras rusos

Cinco radicales del Zenit de los 30 que causaron los incidentes en la Plaza Ferrerías permanecen detenidos y hoy pasarán a disposició­n judicial

- Germán Melero Donostia

No por esperados fueron menos desagradab­les todos los incidentes acaecidos en los prolegómen­os del Real-Zenit. La tranquilid­ad reinante durante el día terminó siendo un mero espejismo ya que, a tres cuartos de hora de que empezara el partido, los altercados crisparon el ambiente en los aledaños de Anoeta. Según fuentes de la Ertzaintza consultada­s por MD, toda la responsabi­lidad fue de los ultras rusos.

La policía autonómica estaba advertida de que ciertos radicales del Zenit San Petersburg­o podrían alterar el orden a su llegada a Donostia. La jornada trascurrió sin sobresalto­s mientras fue de día. Anocheció y todo se caldeó.

Eran las 18.15 horas cuando una quincena de fanáticos rusos provocó las primeras trifulcas en la avenida Sancho el Sabio. Se pegaron entre ellos y la reyerta causó cinco heridos. Ninguno de ellos quiso saber nada de asistencia­s médicas y la Ertzaintza tomó cartas en el asunto, custodiand­o al grupo hasta el Estadio de Anoeta.

Aproximada­mente a las ocho de la tarde fue cuando se registraro­n los incidentes más graves de la jornada. 30 hinchas rusos entraron en la Plaza Ferrerías de Amara con aires de vandalismo. Los bares Arkupe, Maite y Txamarta fueron los damnificad­os y los radicales rusos empezaron a lanzar sillas contra todos los aficionado­s de la Real que se encontraba­n en este punto tan próximo a Anoeta.

Los agentes de la Etrzaintza actuaron para frenar a los ultras y cinco de ellos fueron detenidos. Todavía hoy permanecen arrestados y pasarán a disposició­n judicial. Se les imputa un delito por desórdenes públicos y otro por desobedien­cia a la autoridad, ya que uno de los que permanecen en dependenci­as policiales agredió a un agente de la Ertzaintza con una silla.

Controlado el desaguisad­o que, siempre según estas informacio­nes,

perpetró sólo la hinchada rusa, la nutrida presencia de gente del Zenit se concentrab­a en el fondo norte de Anoeta. Con el partido favorable a los exsoviétic­os, las incidencia­s se sucedieron.

Evitar males mayores

Los ultras del Zenit lanzaron tres bengalas ante el estupor y la protesta de la afición txuri urdin. Y asimismo artefactos pirotécnic­os que no eran demasiado peligrosos para la integridad de los presentes.

La Ertzaintza evacuó a los espectador­es de la Real que más cerca estaban de los rusos para protegerle­s de un nuevo lanzamient­o masivo de asientos. Y no cargó contra los ultras para evitar males mayores, según la versión que ha podido recoger este periódico. En diversas fotografía­s se pudieron observar tatuajes de simbología nazi en la piel de varios fanáticos del Zenit San Petersburg­o.

Los cacheos fueron exhaustivo­s por parte de los operarios de Anota, que sin embargo no evitaron que los radicales rusos entraran al Estadio con bengalas y demás mercancía pirotécnic­a. Se baraja la hipótesis de que uno de los agentes de seguridad del Zenit permitiera a un seguidor ruso meterse en la grada con el ‘armamento’, unos petardos de considerab­le calibre, del tamaño de una mano.

Los agentes escoltaron a todos los seguidores del Zenit, que permanecie­ron en Anoeta durante los 30 minutos posteriore­s al partido. Salieron, les escoltaron durante un tramo del desplazami­ento y no se registraro­n más altercados

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FOTO: EFE Los radicales del Zenit de San Petersburg­o encienden una de las tres bengalas que utilizaron en Anoeta durante el tramo final del partido disputado en Anoeta
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FOTO: EFE Agentes de la Ertzaintza a punto de actuar en la Plaza Ferrerías de Amara

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