Aitor Zabaleta, beti gogoan
19 años después del asesinato del seguidor txuri urdin en el Calderón, su recuerdo sigue muy presente
Ya han pasado 19 años. Toda una vida, pero el recuerdo de Aitor Zabaleta sigue presente. Tal día como ayer pero en 1998, el seguidor txuri urdin fue asesinado en los aledaños del Vicente Calderón cuando acudía, junto a su novia, a presenciar el partido de vuelta de la eliminatoria de octavos de final de la UEFA ante el Atlético de Madrid. Aitor ni siquiera pudo entrar en el estadio colchonero. Un desalmado de nombre Ricardo Guerra, y perteneciente al grupo fascista ‘Bastión’ lo impidió con un navajazo directo al corazón. Hace 19 años la familia realzale quedó huérfana para siempre.
Los actos en recuerdo al hincha asesinado comenzaron ayer por la mañana en un evento organizado por el colectivo Sare Antifaxista, que tuvo lugar en el quiosco del Boulevard donostiarra. Los allí congregados desplegaron una pancarta con el lema: ‘Euskal Herria faxismo eta arrazakeriaren aurka’. Después, tras unos minutos de silencio, todos los participantes se dirigieron a uno de los jardines cercanos al Ayuntamiento para clavar una serie de claveles con la imagen del aficionado desaparecido hace casi 20 años.
Los homenajes continuarán mañana domingo. A las 11.30 horas se hará una ofrenda floral delante del monolito en recuerdo a Aitor. También, durante el partido entre la Real y el Málaga en el minuto 12, a la vez que en el video marcador aparezca la imagen de Aitor, tendrá lugar una gran ovación recordando al seguidor realista.
28 años
Aitor Zabaleta tenía 28 años cuando se encontró de frente con la muerte. Txuri urdin de corazón, amaba a su Real y solo quería verle ganar. O perder. Eso era lo de menos, pero jamás imaginó que perdería la vida fuera de un estadio de fútbol. Aquella maldita noche de diciembre, ni siquiera entró. Los futbolistas de la Real se enteraron en el descanso que habían apuñalado a uno de los suyos. El partido siguió su curso. Acabó 4-1. Pero eso ya era lo de menos. Cuando el árbitro pitó el final, Aitor aún estaba con vida, peleando contra la muerte. A las tres de la mañana, su corazón dejó de latir. Nueve horas antes, ese mismo corazón había sido atravesado por una navaja de nueve centímetros.
Un año y tres meses después de los acontecimientos, la Audiencia de Madrid condenó a Guerra a 17 años de cárcel por asesinato. Con posterioridad se produjo una ‘refundición de condena’, debido a que el ultra tenía pendientes otras causas. De hecho, la noche que apuñaló a Aitor disfrutaba de un permiso penitenciario. Entonces cumplía una condena en el centro de inserción social Victoria Kent por haber apuñalado a otro joven en una discoteca de Madrid en 1996. Cuando asesinó a Aitor estaba ya en tercer grado.
Régimen de semilibertad
Guerra Cuadrado se encuentra actualmente en el centro de reinserción Josefina Aldecoa, ubicado en Navalcarnero. Se trata de un establecimiento destinado a aquellos internos que “se encuentran en un proceso avanzado de reinserción y, por lo tanto, cumplen la condena en régimen de semilibertad”. Fue inaugurado en septiembre de 2011 y cuenta con “200 habitaciones dobles, talleres productivos y ocupacionales, aulas y zona deportiva y sanitaria”.
El autor de la puñalada que acabó con la vida de Zabaleta disfruta a día de hoy del tercer grado penitenciario, lo que le permite obtener permisos para salir del centro. Se prepara así para volver a vivir en libertad. Algo que ya no podrá hacer Aitor Zabaleta, cuyo recuerdo 19 años después sigue muy latente entre una afición que nunca le olvidará.
Beti gogoan, Aitor !!!!
Ricardo Guerra se encuentra hoy en el centro de reinserción social Josefina Aldecoa