El efecto Arconada se deja notar
La Real cierra la primera vuelta de la liga con más luces que sombras después de un inicio que invitaba a la catástrofe
La Real femenina cerró la primera vuelta de la liga Iberdrola el pasado fin de semana en Lezama. A pesar del tropiezo en el derbi contra el Athletic , el primero desde que Gonzalo Arconada se hizo con las riendas del equipo, a día de hoy el balance del calendario es positivo por la sensación de alivio que se ha instalado en un vestuario que hace no tanto andaba sumido en el más profundo desánimo.
La llegada del técnico donostiarra en sustitución de Juanjo Arregi, que aterrizó en verano para liderar el proyecto avalado por su experiencia y bagaje acumulado con la selección de Euskadi pero que no dio con la tecla correcta -fue cesado tras arrancar el curso con siete derrotas consecutivas-, ha traído una bocanada de aire fresco a Zubieta. Junto a su segundo, Gorka Álvarez, también a la sombra de Arregi y a la postre el hombre interino que sostuvo al equipo en el paréntesis entre ambos periodos, Arconada ha sabido eliminar las arrugas de preocupación.
Del negro al blanco
Así, lo que antes era negro ahora es un blanco reluciente. El brillo que emana la Real es evidente y se sustenta en una mejoría palpable de los resultados. El banderazo de salida a la liga trajo consigo una ristra de tropiezos, algunos esperados y otros no. Valencia, Atlético de Madrid, Barcelona, Madrid CFF, Granadilla, Betis y Sevilla, por este orden, se llevaron el gato al agua con relativa calma ante una Real desconocida, lejos de la versión y la imagen de la temporada pasada.
El equipo, además de dibujar un cuadro poco habitual, no pudo acoplarse a las aportaciones de Bea Beltrán y Claudia Zornoza, dos de los fichajes llamados a marcar las diferencias. Ninguna de las dos dio síntomas de encontrar su sitio y su presencia en el juego pasaba desapercibida. Una aportación testimonial.
La magnitud de los problemas y un panorama tan desolador provocó la caída de Arregi, incapaz de encontrar el origen de tantas fugas. A la espera de acertar con el nombre de la persona ideal para arreglar el desbarajuste, la Real decidió darle la batuta a Gorka Álvarez, que supo transmitir el mensaje adecuado y acertó con sus retoques. Con él al frente, la Real paró la sangría para sumar un triunfo (Rayo Vallecano) y dos empates (Espanyol y Levante).
Finalmente, el club encontró la figura llamada a darle la vuelta a la situación. Con Gonzalo Arconada, un hombre nuevo en estas lides y que ha tenido que aclimatarse en un tiempo récord a una competición y un juego desconocidos para él hasta la fecha, la Real ha ido cogiendo velocidad. Después de un inmejorable debut, en forma de aplastante victoria frente al Zaragoza en Zubieta (6-2), la Real de Arconada ha sumado 10 puntos de 15.
Ojo con el retrovisor
Antes del arranque de la segunda vuelta, la Real se sitúa en undécima posición con 15 puntos de 45. El Barcelona, intratable campeón invernal, ya es un punto borroso en el horizonte (40 puntos), por lo que irremediablemente toca echar un ojo al retrovisor. El subidón de las últimas semanas ha servido para coger impulso pero la zona caliente sigue estando cerca. El Santa Teresa, penúltimo y que sujeta la barrera, tiene 11 puntos