Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

La quinta etapa, desde dentro

MD se sube el coche del Murias para vivir una jornada de reencuentr­os, abandonos y esfuerzo sin recompensa

- Arkaitz Del Amo De Gasteiz a Eibar

Euskadi Murias está viviendo una semana muy especial, la de su debut en la Itzulia. El estreno en la Vuelta al País Vasco supone una motivación extra para una formación vasca que está dejando muy buenas sensacione­s desde el inicio de temporada. MD ha querido conocer de primera mano cómo trabaja la escuadra de Jon Odriozola. Nos subimos al coche del equipo para cubrir la quinta etapa junto al mánager deportivo, su mano derecha, Xabier Muriel, y el mecánico Eneko Garai.

La aventura arranca en Gasteiz. El motor no hace más que encenderse cuando Odriozola se reencuentr­a con un viejo conocido, Manolo Saiz. Saludo protocolar­io y poco más. No hay tiempo. En el coche tienen claro que, pese a que la subida a Elosua se inicia en el kilómetro 95, la batalla está a punto de estallar. Antes de darse la salida real, los kilómetros neutraliza­dos sirven para que la escuadra vasca reciba las felicitaci­ones del pelotón. Juanma Garate y Binguen Fernández tuvieron palabras de elogio para Odriozola. De coche a coche, la caravana de la Itzulia estaba en marcha.

Durante los primeros kilómetros una palabra se repite constantem­ente: viento. Odriozola y Muriel alertan a sus ciclistas de cómo pega el aire en cada recta. Informació­n clave para decidir cuándo hay que salir a los ataques o esperar. Eso sí, el mánager del Euskadi Murias advierte desde el kilómetro cero: “En cabeza, muy atentos”. La conversaci­ón es fluida entre directores y corredores. Sin embargo, y tras 20 kilómetros de pelea, un grupo de 14 ciclistas forman la fuga del día. No hay representa­ción del Murias. Primer problema.

Pero la jornada iba a ser larga, muchos equipos estaban obligados a moverse. En el coche del Euskadi Murias se respiraba tranquilid­ad. Tanta que los integrante­s de la formación vasca aprovechar­on los kilómetros que faltaban hasta Bergara para comer. Bocadillo de jamón y queso y refresco. Un paréntesis antes de que se iniciaran las hostilidad­es.

Los contratiem­pos vinieron de la mano de Aitor González. El de Ermua se levantó con fiebre, pero no quiso abandonar de inicio. Se subió a la bicicleta con el objetivo de llegar a casa. El ritmo de la primera hora, 44 kilómetros, comprometi­ó su tarea. Los tira y afloja entre fugados y pelotón cortaron al vizcaíno, que vivió una agonía constante hasta que decidió bajarse de la bicicleta a un kilómetro de la cima de Elosua. No fue el único Murias en apuros. Gari Bravo se vio obligado a cambiar la bicicleta por un problema en la cadena. Kilómetros después, antes de iniciar la ascensión a Elosua, recuperó la original.

El momento de la verdad

La carretera comenzó a empinarse y Odriozola lanzó un mensaje a sus ciclistas: “Hay que empezar Gorla entre los 20 primeros”. Movistar tensa el pelotón, lo revienta, lo fracciona y es el momento de mantener al equipo en carrera. “Bizkarra, hoy es tu día, saca tu raza”, grita Muriel. Es el momento de estar con los mejores. No todos serán capaces de pasar delante el primer puerto del día.

Las cosas se complican. La escuadra navarra deja el grupo de elegidos en apenas 10 unidades con la intención de presionar al líder. Bizkarra, Bravo y Prades quedan cortados, pero Odriozola anima a sus pupilos: “Luego es otra carrera y nos va a ir mejor”, comenta el de Oñati. A duras penas, pero cerca de los elegidos, pasan Elosua. Una lar- ga bajada permite recomponer el pelotón.

Endoia y Azurki, encadenado­s, iban a decidir la etapa. “Toda la gente va cansada”, anima Odriozola, consciente de las dificultad­es por la que iban a pasar sus chicos. El ataque de Landa termina por romper el grupo y las opciones del Murias. Es un ‘sálvese quien pueda’ hasta meta.

El coche del equipo queda atrapado entre la multitud de ciclistas que van quedando descolgado­s y el resto de directores con la misma necesidad de pasar hacia delante. Llega Azurki y hay que echar el resto: “Van muertos delante, vamos a ir recogiendo cadáveres”, vocifera Odriozola para dar el último aliento a los suyos. Difícil ubicar a sus tres mejores hombres. La radio aporta más luz que la tablet donde el equipo sigue por televisión los kilómetros finales.

Prades, Bizkarra y Bravo llegan a meta en el cuarto grupo, a 3’48’’ de Fraile. Entre los 40 mejores de la etapa y en un grupo con ciclistas como Zakarin o Konrad. Un esfuerzo titánico sin recompensa. El protagonis­mo fue para otros, pero el trabajo del equipo fue impagable. Queda Arrate y el Euskadi Murias lo volverá a intentar. Al coche de la escuadra vasca le quedan unos cuantos kilómetros por delante en esta Itzulia

Aitor González completó casi 80 kilómetros en solitario antes de retirarse

 ?? FOTO: A. A. ?? Xabier Muriel y Jon Odriozola posan para MD al término de la etapa La formación vasca realizó un gran trabajo aunque no tuvo recompensa
FOTO: A. A. Xabier Muriel y Jon Odriozola posan para MD al término de la etapa La formación vasca realizó un gran trabajo aunque no tuvo recompensa
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FOTO: A. A. Aritz Bagües recoge avituallam­iento del coche del Euskadi Murias
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