EL FÚTBOL ESTABA AHÍ
La Real arrolla al Girona en el estreno de Imanol en Anoeta y por fin deleita a una afición sedienta de satisfacciones Los goles de Canales, Januzaj, Oyarzabal (2) y Juanmi plasman la superioridad de un equipo sin Odriozola e Illarramendi
Fue una Real intensa, voraz, que supo sufrir cuando le tocó y ser vertical cuando hubo que rematar el partido. Una Real completísima, muy viva, que goleó en casa a un aspirante a Europa, igualando la posesión del rival. Es el mismo equipo, pero han cambiado muchas cosas. La Real le plantó una bofetada en la cara al cuadro catalán, dejando nítida la marca de los cinco dedos en el estreno de Imanol Alguacil en casa. Tras una actuación tan completa, con esa intensidad en todas las acciones, ese compromiso de todos los jugadores, esas actuaciones sobresalientes de futbolistas como Januzaj, Oyarzabal, Aritz o Navas, esas señas de identidad un tanto olvidadas que transmite el nuevo entrenador, es inevitable pensar que la decisión de nombrarle en lugar de Eusebio, en quien los jugadores no creían mucho tiempo atrás, llegó demasiado tarde. Está claro que el fútbol estaba ahí. Faltaba buscar los canales para que fluyera. Y la Real los encontró, igualando su mayor goleada de la temporada.
No. La Real no va a estar ni cerca de la pelea por Europa, aunque ayer recortó tres puntos y está a nueve del séptimo, que es el Sevilla, contra el que todavía tiene que jugar. La campaña, en lo que a objetivos deportivos se refiere, murió en Austria. Pero no es igual concluirla con actuaciones corales tan plenas como la de ayer que arrastrarse como ha hecho la Real en tramos de la temporada. Duele mucho pensar en los puntos que echaron por la borda porque este año hasta el quinto puesto está barato. Demasiado tiempo perdido.
Imanol, por lo menos, ha devuelto cierta normalidad al proceder en el banquillo. Le importa sobre todo ser competitivo y ganar, por encima de violentar un estilo de juego. La Real tuvo ayer
Pardo, titular año y medio después en Liga, fue capitán y dio una gran asistencia
el 50% de la posesión, pero chutó 13 veces a portería, marcó cinco goles, falló uno con la portería vacía y el portero visitante hizo la parada de la temporada para conjurar otro. La Real, como añadido, suma 180 minutos sin encajar un solo gol, los dos partidos del oriotarra, y ayer ganó cuatro puestos nada más terminar el choque. El nuevo técnico, además, está logrando hacer partícipe a todo el grupo.
Seis cambios en el ‘once’
La Real arrolló ayer sin dos de sus estrellas rutilantes, Odriozola e Illarramendi, lesionado y sancionado, sin su capitán, Prieto, y con los dos primeros porteros fuera de combate, ya que Moyá se rompió justo antes del descanso. Los de Imanol plasmaron una enorme superioridad con seis nuevos integrantes en su ‘once’ con respecto al partido anterior y con la participación de futbolistas desclasificados, señalados, en supuesta baja forma y con la mente en los equipos en los que presuntamente jugarán el próximo curso. Mucho mérito.
El mejor símbolo de todo ello fue Pardo. Titular por primera vez en Liga año y medio después, presente tras seis meses sin aparecer en la competición, castigado por Eusebio , y ayer capitán de la Real. Su asistencia a Januzaj fue para elegidos. Imanol también recuperó dos meses después
a Kevin, que cuajó un partido muy serio, el mejor de la temporada. Y ha reinventado a Aritz Elustondo para el lateral derecho. El beasaindarra estuvo titánico. Januzaj agradeció su titularidad sacando la chistera. Y, para coronar una tarde de felicidad, Zurutuza se disfrazó de John Stockton, mítico base de los Jazz, y repartió tres asistencias en 26 minutos y Juanmi volvió a marcar tras seis encuentros y dos meses sin hacerlo.
Canales, 1-0 sin querer
Desde el inicio, se vio la intención carnicera de una Real supermotivada, que salió con el cuchillo de sajar al campo. En el primer minuto asustó con un caño y un disparo del indomable Januzaj y en el 11’, Canales destripó la res con un disparo que era un centro, pero que se coló por la parábola letal que llevaba. Si está pensando en el Betis, lo disimuló bien. Oyarzabal molestó en la trayectoria a Bono.
Zubeldia se imponía con su fortaleza en la zona ancha, Canales recibía entre líneas, con Kevin la Real tuvo amplitud por la izquierda y con Januzaj, un puñal por la derecha. El belga, con la diestra, le puso un centro de gol a Héctor Moreno, que la tiró a la lona de las obras delante de la portería, con Bono batido. Le corrigió el de Bruselas con el segundo. Oyarzabal tiró el desmarque al exterior, pero cuando el mundo enfocaba a la nariz del eibartarra, Pardo burló la lógica y trazó un envío profundo maravilloso a Januzaj, que dribló al portero antes de marcar.
Al descanso no se llegó con la sentencia porque Bono por fin encontró lo que estaba buscando, hizo la parada de su vida, sacando el antebrazo a un disparo de Oyarzabal tras la enésima penetración de Januzaj. En la otra portería, Moyá se rompía misteriosamente y tenía que salir Toño Ramírez, ovacionado por la grada.
La Real no goleó hasta los últimos 20 minutos y en el primer cuarto de hora tras el intermedio, supo y tuvo que sufrir. Intimidó el Girona, bien plantado y decidido a remontar, tirando siempre diagonales. Toño dudó en una salida, pero terminó tapando bien a Stuani en la única de los catalanes en todo el partido.
Zurutuza, en plan catering
Willian José, con un tanto anulado por fuera de juego, dibujó el preludio a los minutos de mayor gozo casi de toda la temporada. Salió Zurutuza y se puso a regalar goles, con una Real vertical, explorando por fin la espalda del rival. Oyarzabal anotó el tercero así, fusilando con la derecha, y el cuarto, a la segunda, con la zurda. El quinto fue de Juanmi, que remató de primeras, su fuerte.
Es sólo un partido, porque en Ipurua la Real estuvo poco inspirada. Pero la partitura ha cambiado. Esto suena a otra cosa
Imanol introdujo seis cambios y se vio una Real voraz e intensa, vertical y muy ordenada