Para los que se van y para los que vuelven
Este final de Liga sin alicientes puede valer a varios jugadores para recuperar su autoestima
La Real afrontaba desde ayer el primero de los ocho partidos de dudosa trascendencia que le quedan de aquí al final de temporada. Sin objetivos clasificatorios y tras un una temporada desastrosa, en ocasiones el aficionado se pregunta a dónde van a ir estos dos últimos meses de competición.
Sin embargo, el encuentro ante el Girona ilustró que en esta última txanpa se pueden encontrar alicientes aunque el fundamental, el de regresar a Europa, quedara enterrado hace mucho tiempo.
Son unos encuentros que para varios jugadores de la plantilla pueden resultar muy válidos. Para unos que se van, como Canales, que querrá cerrar este ciclo con el buen sabor de boca que dejan los tres goles que ha marcado en Anoeta en las últimas comparecencias, para los que tienen un futuro incierto, como Rubén Pardo, y para los que se resisten a dejar pasar el tren, como Adnan Januzaj o Kevin Rodrigues. Los cuatro fueron de la partida ayer. Y fueron, junto a Zubeldia y Moreno, las grandes novedades de una revolucionaria alineación de Imanol Alguacil que parece decidido a aprovechar las últimas semanas del curso para revalorizar varias piezas absolutamente devaluadas durante la etapa de Eusebio.
El caso más llamativo fue el de
Rubén Pardo. No era titular con la Real en Liga desde el 9 de septiembre de 2016 y el cariño con el que le despidieron sus compañeros cuando fue sustituido dejaba bien a las claras lo que necesitaba una tarde como la de ayer en la que, no sólo volvió a pisar verde, sino que también ofreció una asistencia.
Y se la dio precisamente a Adnan Januzaj, a esa estrella en ciernes a la que Anoeta lleva esperando toda la temporada y que desea aprovechar estos últimos encuentros para demostrar que aún está a tiempo de serlo. Hizo un buen partido y firmó su tercer tanto de la temporada.
También necesitaba el encuentro de ayer un Kevin Rodrigues condenado tras la eliminatoria ante el Salzburgo y a quien su valedor en el Sanse le devolvió ayer a escena. O un Aritz Elustondo que fue de los mejores del encuentro en su segunda titularidad consecutiva en su posición natural, la de lateral derecho.
Entre ellos y otros como Oyarzabal, Zubeldia o Navas demostraron que estos últimos partidos pueden valer de algo si los jugadores están dispuestos a pagar parte de la enorme deuda que tienen contraida con la sufrida afición.
Lo cierto es que ayer consiguieron que la afición se divirtiera en el Estadio de Anoeta y que la gente se fuera contenta a su casa.
El hecho de que lo que resta hasta el final de temporada se haga largo o no dependerá de la capacidad de los futbolistas para enchufarse mentalmente y para jugar partidos con la concentración y la ambición del de ayer y, también hay que decirlo, de que en los momentos de pájara como los del comienzo de la segunda mitad, el rival no se meta en el encuentro, como afortunadamente sucedió ayer
La gente se fue contenta ayer, esa es la gran aspiración en este final de Liga