Necesitados de otra gesta
Parece que fue ayer, pero ya han pasado 15 años desde que a la Real se le escapara la oportunidad de haber firmado una gesta sin precedentes. Hace tres lustros, el entonces equipo entrenado por Raynald Denoueix a punto estuvo de conseguir la que hubiera sido tercera liga en la historia de esta entidad centenaria. Estuvo a un tris de volver a colocar al club en lo más alto del panorama nacional e internacional, y de demostrar que no todo se consigue con dinero. Pero esa pizca de suerte que hacía falta no hizo acto de presencia. Porque en lo que a fútbol se refiere, la Real lo practicó a raudales, pasando por encima incluso del Madrid de los ‘galácticos’ a falta de nueve jornadas para el final, y que fue el único que sumó más puntos que los txuri urdin. ¿Quién no recuerda la demostración realizada en Anoeta aquel 13 de abril de 2003? Quizá uno de los mejores partidos en la historia del campo de Amara. En ese tramo final, Ronaldo Nazario tuvo que echar mano de su mejor versión, una de sus últimas, para liderar al equipo merengue y dejar sin premio a la Real y toda su hinchada. Ya han pasado 15 años, mucho tiempo, como desde la consecución de la última Copa del Rey -31 años- o del último título liguero -36 años-. Es bonito echar la vista atrás y recordar el pasado más glorioso de la Real, pero la afición necesita una nueva gesta, algo que vaya más allá de una clasificación para la Europa League. Y no me refiero a la consecución de un título, que, hoy por hoy, parece algo inalcanzable. Pero el simple hecho de jugar una final ya bastaría. Se celebraría casi como un título. Gipuzkoa entera volvería a echarse a la calle como aquel verano de hace 15 años, cuando la Real logró poner en jaque la hegemonía del fútbol estatal. Por más veces