Carlos Queiroz, juez de la selección lusa
SARANSK - Las ambiciones de Portugal en Rusia 2018 van a quedar definidas en una irremediable lucha de intereses frente las esperanzas de Irán, manejado desde su banquillo por Carlos Queiroz, un reputado técnico de origen luso que puede convertirse este lunes en el verdugo de su propia estirpe. De provocar el desencanto en una selección a la que manejó durante mucho tiempo y a la que adiestró para que llegara a situaciones como la de ahora