CON EL ‘10’ A LA ESPALDA
La Real fía a Mikel Oyarzabal el emblemático dorsal y la responsabilidad de ser el nuevo guía El canterano figura en la lista de los jugadores sub 21 mejor valorados de Europa Sus primeros minutos con Asier Garitano han sido de mediapunta clásico, su po
Los dorsales de las camisetas van perdiendo terreno en el área de lo simbólico. A estas alturas el asunto se ha rebajado a una cuestión indiferente: lo mismo va un jugador y se presenta con el número 71 a la espalda. También puede suceder que las cifras que más historia rezuman sean postergadas: aquí pasó con Necati Ates, por ejemplo. Se conoce que en la Real son más románticos y conceden al 10 el significado ilustre que siempre tuvo: lo hereda Mikel Oyarzabal, el nuevo guía.
El pasado 19 de julio la Real proclamó a los cuatro vientos que Oyarzabal será el hombre que reemplace a Xabi Prieto es esto de portar un dorsal referencial. Un gesto cargado de semántica: el canterano es concebido como el líder de esta Real que rejuvenece. Junto a Oyarzabal, los flamantes dueños del vestuario a título humanitario son jóvenes como Asier Illarramendi (capitán) o Aritz Elustondo (24 años).
Oyarzabal hereda un dorsal de envergadura, el mismo que defendieron el ejemplar Xabi Prieto, un prodigio como Javi de Pedro, el temperamental Valery Karpin, el magistral Carlos Xavier o el que para muchos sigue siendo mejor jugador txuri urdin de todos los tiempos: Jesús Mari Zamora.
La responsabilidad para Oyarzabal, por lo tanto, trasciende y no es meramente tener un número a la espalda. Es tener el 10 a la espalda. De acuerdo con este guiño, el club tuvo la idea de proponer al guipuzcoano representar a la Real con el 10 como símbolo, no sólo como crédito para las actas. Y el futbolista aceptó de buen grado.
El 10 ha sido ligado tradicionalmente a aquellos futbolistas que se emplean por el centro de las operaciones ofensivas y Oyarzabal, de momento, predica con el ejemplo a las órdenes de Asier Garitano. Sus primeros minutos a las órdenes del bergaratarra se han fraguado por el carril central, de mediapunta clásico. Entre la creación del medio y la puntilla de la delantera. Es su posición original, donde despuntó en las categorías inferiores y el rincón en que mejor puede explotar sus dotes.
Valorado a nivel europeo
A tenor de los dos primeros partidos amistosos, a Oyarzabal le falta el ritmo de quien está metido de lleno en la competición. Así es el verano. Su categoría le convierte en un valor indudable y se perfila como uno de los miembros de la columna vertebral txuri urdin.
Con todas las herramientas de
que dispone el fútbol hoy, se hace difícil para un club como la Real esconder a sus joyas en la sombra del anonimato. Oyarzabal ha sido recientemente incluido en una lista que eleva al guipuzcoano al décimo puesto de una lista que selecciona a los jugadores sub 21 mejor valorados de Europa. Comparte status con una de las estrellas del Mundial (Mbappé), con el portero del Milan (Donnarumma), con el extremo más rápido del United (Rashford) o con el último fichaje del Barça (Malcom).
Según diversas informaciones, la Roma está al tanto del fútbol que ostenta Mikel Oyarzabal y quiere fichar al de Eibar. La Real se niega en rotundo a negociar, remitiéndose a su cláusula, cuyo precio es de 50 millones de euros. El chaval, a sus 21 años, no pierde la compostura y vive como si no fuera futbolista: a partir de septiembre cursará 4º de Empresariales y reside con amigos en un piso.
La Real sabe que en sus filas tiene a un jugador de incalculable valor y a una persona íntegra. Por estas razones, el club emprenderá las negociaciones con Oyarzabal al cierre del presente mercado estival, al efecto de mejorar sus condiciones y poder garantizar que en Anoeta hay un 10 para rato