Fuera de lugar

Un Real-Athletic en pleno mes de agosto está fuera de lugar. La iniciativa de la Euskal Kopa es loable y, sin duda, encierra un buen fondo pero si el marco en el que se decide el simbólico honor es el de ayer, la cuestión pierde algo de valor. Con un césped en un pésimo estado, más propio del Carranza, como la climatología, y unas piernas, las de los futbolistas, sin la cantidad mínima de oxígeno para completar con una cierta eficacia las órdenes que les transmitía el cerebro, difícilmente puede adquirir lustre un partido que, si bien perderlo en Liga provocaría que más de un seguidor de la Real se fuera a la cama sin cenar, difícilmente quebraría ayer el plan sabatino de nadie. El partido, en cualquier caso, queda más fuera de lugar para el derrotado, claro. Su entrenador se agarra, necesariamente, al manual de estos casos: carga de trabajo o entrenamiento de calidad son algunos de los calificativos recurrentes en estas situaciones. No se puede obviar, sin embargo, que, como ocurrió ante el Zaragoza, es de suponer que el rival está en similares condiciones y, en cambio, al Athletic se le vio con las ideas más claras. Presionó y manejó el esférico mejor, todo lo contrario que una Real con muchos problemas para superar la presión rival con su manejo en la primera hora de partido. Fuera de lugar, así pareció sentirse un equipo que viene de un libreto muy diferente, el de Eusebio ,y que debe adaptarse rápidamente a lo que quiere Asier Garitano . Si el técnico de Bergara entiende, asimismo, que Zubeldia es central, también parece un futbolista fuera de lugar. Verle sufrir en ese puesto, con los problemas que tuvieron Illarra y Merino y con Moreno, Aritz y Navas en el banquillo es algo que, hasta en pleno mes de agosto, también cuesta asimilar