Este fútbol no es para mí
El inmediato cierre de mercado en la Premier para el que restan poco más de 24 horas está provocando un auténtico seísmo en el concierto futbolístico europeo. Las riadas de millones de libras que manejan en las islas convierten en accesible cualquier objetivo para los clubs británicos, por desmesurada que parezca la cantidad a pagar. Las consecuencias de semejantes desmanes, a modo de efecto dominó, se pagan en otras latitudes donde los clubs menos pudientes asisten desvalidos, por altas que sean las cláusulas de sus futbolistas, a la fuga de sus mejores talentos. El principal damnificado de este escenario ayer fue el Athletic, que vio cómo perdía a un Kepa que en sólo ocho meses ha pasado revisión médica con el Madrid, ha renovado en loor de multitudes como ejemplo de fidelidad y ahora se va al Chelsea. No es inteligente mofarse del vecino ni hacerse el despreocupado. El efecto dominó lo sirven en plato frío. Ya ocurrió en enero con la marcha de Laporte al City la subsiguiente de Iñigo Martínez a Bilbao. No tiene motivos la Real para estar tranquila. Este fútbol del despilfarro, que paga sueldos de estrellas mundiales a muchas medianías, amenaza con hacer saltar por los aires todo intento de mantener las tradiciones. Con explosionar el sentimiento de pertenencia. Con reventar los clubs de cantera. Si la Real perdiera otro pilar, no le quedaría otra que sustituirlo con otro foráneo. Y ya se acumulan en exceso. Con Theo, si se ficha a Sarabia o a otro mediapunta extranjero, serán 12 los foráneos en nómina. ¿Cuantos canteranos tienen ahora puesto fijo en el ‘once’ tipo de la Real? O se aligera la cifra de extranjeros o dan ganas de bajarse en marcha de este fútbol que cada vez seduce menos. Al menos a un servidor