Y volverán a intentarlo
M ikel Oyarzabal hizo gala ayer, en su comparecencia ante los medios, de la elegancia que le faltó, por ejemplo, a Iñaki Anasagasti, que se llenó la boca para llamar “mercenario” al futbolista de la Real y para faltar al respeto a todos los donostiarras amantes de la Real. Sí, donostiarras, con todas las letras. Al jugador por el simple hecho de no sucumbir a los cantos de sirena provenientes del Athletic. Y al otro lado de la A-8 se siguen rasgando las vestiduras por la antipatía -por decirlo de una manera suave- que genera el Athletic entre los aficionados blanquiazules. El de Oyarzabal ha sido el último caso, pero es que los intentos de desestabilización de la entidad de Ibaigane hacia la Real, históricamente hablando, han sido continuos. Y lo que te rondaré morena, porque el peligro todavía es latente. Oyarzabal, por segundo año consecutivo, ya les ha dicho que ‘no’, como en su día lo hicieron Illarramendi, Bautista, Zurutuza y la mayoría de integrantes del primer plantel blanquiazul salidos de Zubieta. Pero, por lo visto, Urrutia no se da por enterado y seguirá buscando alguna vía de escape, como la que vio en la figura de Iñigo Martínez, que, a diferencia de Oyarzabal ,élsí sucumbió al color del dinero. Pero salvo en el caso del ondarrutarra, y de algún que otro chaval de la cantera, el de Bilbao se ha chocado con un muro.
“N o puedo se más feliz”, dijo ayer el nuevo ‘10’ de la Real, que se ha erigido por méritos propios en el nuevo espejo en el que mirarse por parte de aquellos que sueñan algún día con llegar al primer equipo. Él sí se siente, de momento, pleno y ve que defendiendo esta zamarra puede alcanzar grandes cotas. Solo el tiempo dirá si lo consigue. Él va a poner todo de su parte para lograrlo vestido de txuri urdin