A un suspiro del gol
El desgaste por haberse vaciado aparta a Juanmi de marcar
Es muy posible que si Juanmi llega a jugar más holgado los minutos decisivos del partido, la Real hubiera ganado al Barcelona sin que nadie tuviera y una licencia digna de llevarse las manos a la cabeza. Habrá quien se quede con el resultado de los acontecimientos como principal argumento de que los de Garitano perdieron los puntos ante un Barcelona vulgar. Si se vigila el desarrollo de la tarde con lupa y frialdad, el delantero malagueño pudo ser uno de los artífices de que hubiera opciones de neutralizar al rival hasta la última jugada.
Mediatizado por el extenuante desgaste al que se había sometido, Juanmi tuvo en sus botas el 2-0 primero y el 2-2 en las postrimerías. Ter Stegen salió a sus pies para evitar que la Real doblara su renta. Un magnífico pase en profundidad de Mikel Oyarzabal dejó al artillero andaluz y el portero alemán tomando un café a solas a la altura del área más pequeña. Le tocó pagar a Juanmi.
Jugó como delantero centro
El Barcelona había aplastado con dos zarpazos todo el ejercicio de profesionalidad que la Real estaba
materializando. No se rindió el cuadro de Garitano porque estuvo cerca de empatar. El gol no llegó porque a Juanmi le faltaba un suspiro para respirar con el fuelle suficiente.
Merino bombeó el balón con calidad y criterio al punto de penalti y Juanmi, desacreditando a la defensa, se presentó en los dominios de Ter Stegen. El intencionado cabezazo se desvió por el canto de un céntimo. Presa de la impotencia, el futbolista de Coín propinó una fenomenal patada al poste. En su misión de actuar como delantero centro, se estrelló contra su propia falta de frescura