Nunca dejes de creer... en Dmitrovic
El meta serbio mantuvo vivo al equipo con sus paradas hasta que Sergi Enrich adelantó a un Eibar que cedió dos puntos en la última acción
Al Eibar se le escaparon dos puntos en los segundos finales tras el postrero tanto del debutante Borja Garcés que igualaba el gol de Sergi Enrich en el minuto 87. Que te empaten en la última jugada duele, pero siendo sinceros el punto es un botín enorme si tenemos en cuenta que durante los 90 minutos el Eibar se sostuvo en el partido gracias a un inmenso Dmitrovic, que fue un muro prácticamente infranqueable hasta esa acción final.
El Eibar salió con personalidad. Quiso el balón, aunque tampoco se expuso demasiado, optando casi siempre por el pelotazo en largo. El Atlético de Madrid tampoco estaba cómodo y sintió un escalofrío recorriendo su espina dorsal cuando el zapatazo de Cote se estampó en el larguero. Sin embargo esa fue la única ocasión clara de la primera mitad de un Eibar que fue perdiendo gas ante un Atlético que comenzó a dañar a los armeros con balones a la espalda de la defensa y, fundamentalmente, a la de Cote.
Comenzaron a llegar entonces las ocasiones colchoneras, como el mano a mano que tuvo Griezmann y que Dmitrovic solucionó con su rápida y acertada salida; o el cabezazo de Saúl a la salida de un córner que el meta de Subotica rechazó con una enorme parada tras botar el balón delante de él.
El Eibar cada vez sufría más pero tenía en Dmitrovic un seguro de vida. Volvió a aparecer tras un saque de esquina en el que el balón le cayó aGodín que, escorado, re mató a bocajarro, estampando el esférico el corpachón de un Dmitrovic que se mantuvo en pie.
La reanudación se convirtió en un infierno para el Eibar, que vivió los primeros minutos atrincherado en su área. En sólo dos Cote y Oliveira despejaron un centro de Lemar que Costa esperaba relamiéndose para marcar; acto seguido Godín volvía a toparse con Dmitrovic tras un cabezazo a escasos metros del meta serbio. Y a continuación el balcánico tuvo que intervenir para repeler un disparo desde fuera del área de
Costa.
El Eibar dio señales de vida en el minuto 57, en una contra que finalizó Pere Milla con un balón al área que Jordán remató de primeras demasiado flojo a las manos de Oblak. Pese a la ocasión, Mendilibar movió ficha viendo que su equipo apenas lograba mantenerse en pie e introdujo
a Escalante y Sergi Enrich.
Segundo balón al larguero
Ese movimiento pareció darle aire a un Eibar que vivió sus mejores minutos. Minutos en los que Arbilla estrelló su disparo en el larguero y Escalante lo intentó con un remate de cabeza que atajó Oblak y con un disparo colocado que no encontró portería.
Sin embargo el arreón duró poco y el Atlético volvió a la carga, aunque con idéntico resultado porque Costa se encontró con Dmitrovic tras quedarse solo ante el imbatible meta armero y, apenas un minuto después, fue de nuevo Griezmann quien volvió a colisionar con Dmitrovic.
Y lo que son las cosas que cuando el empate comenzaba a parecer oro puro, De Blasis recogió un balón dentro del área y su centro lo remató Sergi Enrich a las redes de Oblak, adelantando a un Eibar que tuvo que esperar unos segundos interminables a que el VAR dictara sentencia.
En los minutos finales el Atlético se volcó en busca del empate. Arbilla lo evitó primero sacando un remate del canterano Borja Garcés y fue el larguero el que impidió que el cabezazo de Godín terminara dentro de la portería.
Pero cuando el Eibar estaba saboreando la inesperada victoria, Borja Garcés recogió un balón dentro del área y colocó su disparo para superar a Dmitrovic, logrando el empate final a escasos segundos del final
Como diría Valdano, ayer Dmitrovic fue un portero de dibujos animados