Hay vida después de CR7…
Ya no es jugador del Real Madrid pero parece que continúa siéndolo desde la distancia. Cristiano Ronaldo sigue presente en el caminar del club blanco y no pasa un día en que el madridismo y/o o los medios de comunicación no hagan o escriban una alusión o comparación entre lo que fue y es, o puede llegar a ser, el equipo sin su presencia.
Fue el miércoles cuando esa viva conexión alcanzó su máxima expresión por diferentes razones. Porque era el primer partido del Real Madrid en la Champions sin CR7 desde hacía diez años. Segundo, porque el portugués jugaba muy cerca, en Valencia, y los de
Lopetegui comenzaban a defender el título sin su aportación. Y tercero, porque mientras el ahora juventino abandonaba el césped de Mestalla expulsado injustamente y llorando desconsolado, sus ex se daban un baño de juego y goles en casa ante la Roma.
Para más morbo los tantos blancos los marcaban Isco de falta directa, la asignatura medio pendiente de CR7 en su paso por el Real Madrid; el segundo Bale, que sin el luso cerca se ha liberado en todos los sentidos; y el tercero, Mariano, quien ha heredado su ‘7’ en la espalda y materializó un tanto muy de Cristiano en su elaboración y ejecución. Sólo faltó que Asensio ,a quien muchos ven como su heredero natural en el tiempo, hubiera transformado en gol su maravillosa acción del final del partido con aquella media ‘roulotte’, media ‘cola de vaca’ con remate a lo
Laudrup. Si no han visto esta jugada ni en directo ni por televisión les recomiendo que hagan por verla. Es digna del mejor Messi. Todo queda dicho.
Con la vuelta de la Champions, el Real Madrid alcanza una efervescencia natural. Es hablar, jugar, esa competición y todos se transforman. Los aficionados y los futbolistas. Los primeros cuentan, incluso, los días que su equipo lleva como campeón de Europa con más atención que los propios cumpleaños de la familia. El miércoles sumaban 843 y hoy por lo tanto ya son 845. Los que van desde la final de Milán ante el Atlético del 26 de mayo de 2016. Allí ganó la Undécima, después en Cardiff la Duodécima y finalmente, en Kiev, la Decimotercera.
Como si de un homenaje se tratara, Lopetegui contra la Roma jugó de salida con los tricampeones. Ningún fichaje en el once titular. Ni Courtois. Y en relación con las dos últimas finales, la única novedad de Bale, entonces suplente, por el ausente Cristiano. Sólo faltaba Zidane, que huye de las multitudes y que sólo se deja ver allá por donde juegan sus hijos o en partidos benéficos.
Son muchos los críticos y aficionados que piensan que puede ser en la Champions donde el Real Madrid eche de menos los goles de
Cristiano. El principal argumento, documentado con estadísticas, es que en esta competición es donde ha marcado las grandes diferencias. Ahí están sus 17 goles en la Décima; los 16 en la Undécima; los 12 en la Duodécima y los 15 en la Decimotercera.
Hasta el momento, el equipo blanco ha sabido vivir sin la figura del portugués. Teniendo en cuenta de que en el apartado del juego como tal no tenía una excesiva influencia, tampoco ha tenido el equipo excesivos problemas con el gol. En el único partido que no ganó, en San Mamés, fue más un problema de mando y control que de ocasiones, como demuestra el hecho de que Simón, el portero, fue el mejor del Athletic.
La obsesión de Lopetegui de que no debe ser un jugador determinado quien se empecine en recoger el relevo goleador de CR7, sino el colectivo en sí de forma coral y global se está cumpliendo. Contra la Roma, tres goles, tres realizadores (Isco, Bale, Mariano). En la Liga, cuatro partidos, 10 goles y cinco autores (Benzema y Bale, tres cada uno, Sergio Ramos, dos de Isco y Carvajal, uno). Asensio, el teórico tercer delantero, no ha marcado, pero le hicieron los dos penaltis contra el Girona y ha dado dos pases de gol.
Resumiendo, tras el primer mes de competición en el Real Madrid hay vida después de Cristiano Ronaldo
Los caminos del luso y el Real Madrid siguen ligados y el miércoles alcanzaron su máxima expresión