La oficialidad sigue siendo el gran objetivo
La afición de Mendizorroza se muestra reivindicativa en el regreso de la Tricolor a Gasteiz
Noche de reivindicaciones en Mendizorroza. Futbolísticas y no futbolísticas. La grada más animosa del estadio babazorro aprovechó la ocasión para realizar distintas demandas vías pancartas de varios tipos.
El principal interés, pese a todo, estaba centrado en lo que sucedía a ras de césped. No fue un partido especialmente brillante por parte de la Euskal Selekzioa, pero sí lo suficientemente práctico y efectivo para hacer cuatro goles a la Vinotinto y perdonar otros tantos. Los venezolanos, lamentablemente para el espectáculo, mejoraron a medida que se acercaba el final del encuentro. Para entonces ya caían por goleada.
Amorrortu y Etxarri volvieron a tirar de tacto y diplomacia a la hora de confeccionar su once titular. Cuatro del Athletic, tres de la Real, tres del Alavés y uno del Eibar. Los cuatro equipos vascos de Primera, por cierto, tuvieron su propia representación en las gradas. Nada nuevo sobre el horizonte porque se trataba, cómo no, de una nueva edición de la fiesta del fútbol vasco.
15.000 espectadores, pese a todo, no es una cantidad como para volverse locos. Al contraario. De haberse celebrado el choque en San Mamés, la imagen en las gradas hubiese sido similar a la vivida el penúltmo día de 2016 ante Túnez. Algo sigue fallando a la hora de captar a los hinchas.
El comportamiento en las gradas fue más o menos el esperado. Hubo gritos y cánticos de todo tipo. Habrá que estar atentos a los vigilantes de FIFA. De la multa por las bengalas, eso sí, no le libra nadie a la Federación Vasca de Fútbol.
La juventud imperó en las gradas de Mendizorroza. Un buen síntoma, sin duda, de cara al futuro, aunque algunos deberían aprender que los minutos de silencio se respetan. Cuestión de educación o de despiste.
Este encuentro entre la Euskal Selekzioa y Venezuela dará qué hablar en las próximas horas. Más allá del aspecto meramente futbolístico, algunos incidirán en los aspectos no deportivos del mismo. En las canla
La entrada registrada en el estadio babazorro no es para tirar cohetes
ciones, cánticos, gritos y pancartas. Nada nuevo sobre el horizonte.
A Iñigo Martínez, por cierto, hubo una cámara que le hizo un seguimiento casi exclusivo, Su pecado: no haber ido con España y sí con la Tricolor. Que les pregunten a Luis Enrique y su médico