Deben compensar al abonado
El seguidor de a pie, el abonado de la Real en este caso, va camino de ser nuevamente el pagano del enésimo despropósito de este fútbol moderno que básicamente sirve para que televisiones y futbolistas se enriquezcan, sin reparar en la pasión del aficionado, al que seguir a su equipo le cuesta dinero. A lo largo del verano, al calor de la gran ilusión que supuso la inauguración de un nuevo Anoeta sin pistas, al abonado de la Real, los que ya estaban y los muchos nuevos que consiguieron atraer, le cantaron y les contaron las beldades que encontrarían en el nuevo estadio, pero no les dijeron que muchos de los partidos incluidos en el abono que estaban contratando se disputarían en viernes o lunes. Sólo hay que constatar que las asistencias bajan de forma considerable si se juega en fin de semana o fuera de él para entender que el abonado de la Real se pueda sentir engañado por una cartelera de partidos que desvirtúa notablemente el producto adquirido. El club, como es obvio, no puede hacer otra cosa que callar en lo que a las elecciones televisivas se refiere, ya que esta temporada recibirá 60 millones de euros por haber vendido su alma al diablo. Pero en lo que sí puede intervenir es en tratar de mimar a su masa social que, por mucho que a nivel de ingresos no suponga la partida fundamental del presupuesto, siempre será el principal tesoro de la entidad. Y si de aquí a diciembre cinco de los ocho partidos en Anoeta se juegan en lunes o viernes, compensar de alguna forma al abonado es algo a lo que está obligado, sí o sí, el club que preside Aperribay