Barkley amarga a un buen United en Stamford Bridge
El Chelsea negó el triunfo al cuadro de Mourinho, que tras el 2-2 se encaró con un ayudante de Sarri y se fue recordando que allí ganó tres veces la Premier
Casi nadie puede contenerse ante una falta de respeto, menos aún si llega como consecuencia de un tanto que evita un triunfo. Eso le ocurrió a Mourinho en su vuelta a Stamford Bridge, frustrado por una acción de Barkley en el último suspiro que desencadenó en una pequeña pelea entre ambos banquillos. Empató el Chelsea sobre la bocina a un meritorio United, aunque el punto supo a poco para los visitantes (2-2).
Habló el portugués en condicional sobre un triunfo potencial en el Bridge para dejar claro que jamás perdería el respeto por el Chelsea. En esa hipótesis, sin embargo, no contempló que su equipo aún comete errores primarios. Un despiste de Pogba resultó letal para el United, retratado en un córner en el que perdió la marca de Rüdiger para que éste, libre, fusilara a De Gea (20’).
Mourinho matizó su esquema inicial y situó a Pogba junto a Matic para reforzar la medular, con el aplaudido Mata como enganche. No le fue mal durante los primeros compases, más serio que acertado, intermitente cada vez que tuvo el balón en su poder. No se rindió el United aunque el Chelsea dominara sin pasar apuros, casi doblando el número de pases de su rival. Pero iniciado el segundo tiempo restableció la igualada el cuadro de Mourinho. Mata examinó a Kepa y el guardameta rechazó el remate, pero nada pudo hacer en la segunda jugada en la que Martial golpeó ajustado para el 1-1 (54’).
Se envalentonó entonces el United, sin perder la cordura pero con la ambición de imponerse en la cancha de uno de los líderes de la Premier hasta ayer. Más compacto atrás, impidió que el Chelsea filtrara tantos balones y se lo negó a ratos hasta lograr el remonte. Otra vez con Martial como protagonista, que finalizó una jugada de Mata, asistida por Rashford y definida por el francés (72’).
El United obtuvo recompensa a su ambición pero el destino fue macabro con el cuadro de Old Trafford, que en el último suspiro concedió un remate a Marcos Alonso que se estrelló en la madera. De Gea salvó la segunda acción pero no le dio para la tercera, cuando Barkley puso el 2-2 (96’). Mourinho perdió los papeles, ofendido por un compañero de profesión, y se despidió recordando que allí dejó tres títulos de la Premier. Un empate amargo y una despedida al más puro estilo del entrenador portugués