La Copa de la vida
En el minuto 83 de partido, el Villamarín se puso en pie para ovacionar a Luca Sangalli, el gran vencedor de la velada y seguramente de la temporada ya que ningún partido es más importante que el de la vida. El canterano de la Real, ejemplo de entrega y pundonor sobre el césped, dio un ejemplo a todos y demostrando que no está dispuesto a rendirse a las primeras de cambio, por dura que sea la prueba que se le ponga delante, demostró porque se ha ganado apelativos como el de ‘roca' o ‘guerrero' . Sangalli es un titán y juega en la Real. ¡Bravo! u retorno a un terreno de juego fue una cuestión que se situó muy por encima de cualquier otra, convertida en menor ante la emoción que supuso volver a ver en acción al donostiarra. El partido, además, no tuvo el vuelo suficiente para quitarle el protagonismo a Luca. Aunque se jugó con mucho ritmo, porque el Betis es un equipo vertical y a la Real le cuesta horrores o no sabe parar los partidos, faltó mucha precisión para comprometer a los porteros, si bien cuando los locales lo hicieron, Rulli volvió a responder con acierto. El Betis superó fácil la desajustada presión de la Real pero en campo adversario se perdió en un exceso de adorno, poco efectivo. La Real padeció más porque volvió a tener enormes problemas para mantener el balón que por la amenaza verdadera de un Betis al que se le pudo hacer más daño caso de jugar mejor el balón. Anoeta decidirá el jueves, tiene que ser la primera gran noche copera del estadio, en busca de los cuartos de final
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