Magia a cuentagotas
Su irrupción en el tramo final de la pasada temporada fue de lo más destacado en una campaña a todas luces decepcionante. Su mejor versión, de hecho, llegó de la mano de Imanol Alguacil, un técnico al que le dedicó muy buenas palabras antes de concentrarse con Bélgica para la disputa del Mundial de Rusia. Por ese rendimiento ofrecido en esos últimos nueve partidos eran muchas las expectativas que se tenían depositadas para el presente campeonato en la figura de Adnan Januzaj. Muchas más tras su estelar aparición en la cita mundialista, con esa actuación frente a Inglaterra y que sirvió para generar toda una ola de loas hacia el internacional belga. Pero todo se truncó precisamente tras ese partido, en un choque fortuito en un entrenamiento con su compañero de selección Lukaku. Januzaj no volvió a dar señales de vida en el Mundial y, lo más grave de todo, es que hubo que esperar hasta el 27 de octubre para verle de nuevo en acción. Cuatro meses tuvieron que aguantar los seguidores de la Real para disfrutar de nuevo de la magia de un futbolista llamado a marcar la diferencia y darle al equipo blanquiazul ese salto cualitativo que se espera de un futbolista de su talla, algo que en el presente ejercicio solo ha llegado a cuentagotas, cuestión que se antoja a todas luces insuficiente. Januzaj está convencido de poder mejorar sus prestaciones hasta la fecha. Está obligado a hacerlo desde ya, desde mañana mismo en la visita frente al Espanyol. Porque hasta la histórica victoria en el Bernabéu perdería valor si la Real no es capaz de ganar