Un día inolvidable

l 14 de septiembre de 2019 ya está inscrito por derecho propio entre los mejores pasajes del libro de oro de la historia de la Real. Fue el día en el que le ganó al líder invicto de Primera en el primer partido de un Anoeta al completo, sin pistas de atletismo. La cuestión relativa a la obra arquitectónica tuvo mucho de novedoso. Lo que tuvo que ver con lo deportivo, ver a la Real noquear a un ‘grande' no fue nada innovador sino sólo un comportamiento del actual equipo fiel a la idiosincrasia de una institución habituada a luchar con los mejores hasta doblegarles. El peso específico que tuvo en el triunfo un estadio tan majestuoso, imposible de imaginar para los que crecimos en Atotxa y nunca soñamos con que la casa de la Real fuera una maravilla como la que pudimos disfrutar ayer, sólo los futbolistas lo saben. Más allá de la arquitectura, el triunfo tuvo mucho de verdad futbolística. Imanol aprendió la lección de San Mamés, inició golpeando con Moyá casi todo el juego, tomando menos riesgos y apostando porque el talento de su equipo hiciera daño en campo rival, sin perder tiempo en ingresar en terreno rival con un riesgo innecesario en la elaboración. Eso, unido a la rácana propuesta del Atlético, replegado en su campo a la espera de un error de la Real, provocó un partido completo del conjunto txuri urdin, con una vocación de atacar generosa e incuestionable de un equipo al que su talento de medio campo para adelante le puso el premio de los tres puntos. Para que quien estuvo ayer en el campo no lo olvide jamás ●