Un gran especialista

Marco Reus soñó con su compatriota, que fue profeta en su tierra. Le sacó un cara a cara en el primer tiempo y le tapó una doble ocasión en el tramo final a su amigo desde años atrás. Aunque la mejor fue a falta de media hora. Penalti de Semedo a Sancho y ante el muro de Dortmund, otro muro, el del Barça. Ter Stegen se tiró abajo y plantó fuerte su mano izquierda. Atajó en dos tiempos. “He tenido la sensación de que iba a tirarlo por ahí y estoy feliz de haberlo parado”, explicó Marc, orgulloso y con otro mensaje para navegantes en su tierra: “La gente sabe de qué soy capaz”.

Y como si nada siguió el juego. Con aquella frialdad del alemán, que ha parado cuatro de los seis penaltis que le han tirado en la Champions League desde que juega en el Barcelona y cinco de 14 en total entre todas las competiciones. Lo ha normalizado. Concretamente; sus ‘víctimas’ fuero el Kun Agüero (Manchester City, 2015), Edin Dzeko (Roma, 2015), Moussa Dembélé (Celtic, 2016) y el último, el martes, de Marco Reus. Y solo le han marcado dos: su ahora compañero Antoine Griezmann (Atlético de Madrid, 2016) y Daniele de Rossi (Roma, 2018) en dos noches para olvidar que se saldaron con dos dolorosas eliminaciones continentales.

La de Dortmund fue, por tanto, otra exhibición de Ter Stegen, la enésima, que sirvió para sumar un punto de oro viendo como fue el estreno en la Champions días después de lucirse también y sofocar el empuje del Valencia cuando amenazó con empatar. Con 2-1, firmó una doble parada ante Kevin Gameiro antes del descanso que permitió al Barça ahuyentar fantasmas y rematar la faena en el segundo tiempo con el gol de Piqué y el doblete del reaparecido Luis Suárez.