Una ilusión truncada
a temporada más ilusionante de la Real en muchos años se ha truncado de raíz. Pocas horas después de reconquistar la cuarta posición liguera en Ipurua, aún en plena resaca por la clasificación para la final de la Copa, la suspensión de las dos próximas jornadas de Liga y la mera insinuación, por parte del presidente de la Federación, Luis Rubiales , de que la final de Copa podría llegar a jugarse a puerta cerrada e incluso no jugarse, supone toda una desilusión para el entorno txuri urdin. No significa esto que nadie frivolice con la crítica situación que vive el país porque ni siquiera es necesario admitir que la máxima prioridad siempre será la salud de la ciudadanía. Esto no significa que no haya margen para que el seguidor de la Real, que lleva años soñando con una temporada así, se suma en una pequeña depresión. Especialmente porque a día de hoy no existen certezas ni garantías de que las competiciones se vayan a reanudar. Al contrario. Viendo el panorama global, se impone la duda razonable de si hay que dar la temporada por amortizada. Es obvio que no supondría ningún drama, en comparación con las complicaciones médicas, in crescendo, que padece el país. Pero no lo es menos que el deporte profesional genera unas pasiones que permiten huir de la dura rutina a un ciudadano medio que va a tener que habituarse a convivir sin ellas. Si sólo es hasta abril, mal menor ●