El día que lloró Luis Arconada
Si la Real llegó hasta la última jornada con opciones de ganar su primer título fue, entre otras razones, porque tenía al mejor portero del mundo de la época, Luis Arconada. Fue el ‘Zamora’ de la competición, no recibió un solo gol desde enero hasta marzo, hubo un momento en que parecía que la Real era invencible porque su portero era imbatible, pero ese día recibió dos goles, el último con dos más sobre el campo y a cinco minutos para el final. Por esta razón, cuentan las crónicas que los testigos del acontecimiento vieron al portero llorar y regar con sus lágrimas el seco césped del Pizjuán. El protagonista no lo recuerda, quizá prefiere olvidarlo. Su verdugo, Bertoni, se deshace en elogios hacia el arquero: “Había muy buenos porteros en España en aquella época, pero nadie como él. Era el mejor de largo. Era un portero con presencia, sabía manejar muy bien la defensa. Era muy difícil hacerle un gol” ● do, Gaztelu cometió un error que marcaría una próspera carrera que acabó con el primer título de Liga. De forma incomprensible, el de Bergara quiso ceder un balón a Arconada, pero Bertoni estaba en medio: “Yo se la pedí a Gaztelu y me la dio”, dijo el argentino, que después reconoció que hubo “un regalo del Madrid”. El diario ‘El País’ cuantificó el obsequio: 4, 5 millones de pesetas (27.000 euros) a repartir entre los jugadores, ya que el entrenador, Miguel Muñoz, no quiso aceptar un duro. La cantidad se dividió en 15 partes, los 11 sevillistas que fueron titulares y encuentro del Sánchez Pizjuán. Gorriz, por ejemplo, reconoce que “en Sevilla, quizá por no tener esa madurez de creértelo, jugamos con un poco de miedo”. No obstante, reivindica el mérito tremendo de aquella Real que ya olía a gloria: “Aquel equipo, de las 15 temporadas que estuve en la Real, creo que fue el más sólido”, afirma.
La victoria (2-0) ante el Atlético de Madrid en la última jornada ya no valió de nada, porque el Madrid iba de cara y no falló. Los blancos derrotaron con comodidad al Athletic y los donostiarras se despidieron de su público entre lágrimas, pero ovacionados y aclamados al grito de ‘¡Campeones!’. Sólo hubo que esperar 11 meses para serlo ●
Los sevillistas recibieron 4,5 millones de pesetas del Madrid por ganar