La Real consiguió empatar

a visita del Real Madrid era peligrosa para los intereses de la Real. No cabe ninguna duda. Una victoria en Anoeta hacía que los blancos fueran los nuevos líderes por delante del Barcelona, un giro que a la Liga de Javier Tebas no le interesa dejar escapar. Faltan ocho jornadas para el final y el Real Madrid ya depende de sí mismo para conquistar el título. En realidad, pensar en que la Real se podía agarrar a una mísera opción siquiera de puntuar el domingo era una pérdida de tiempo. El cuerpo arbitral zanjó el debate sin escrúpulos. Actuaciones como la que protagonizó Estrada Fernández en Donostia rebajan a la mínima expresión la relevancia que el fútbol europeo pretende que tenga el VAR en las competiciones estatales. Otro cruce de intenciones entre los que mandan. El partido entre la Real y el Madrid fue otra demostración de que la tecnología hay que aceptarla porque forma parte del reglamento, de igual manera que conviene cerciorarse de que no ha terminado ni por asomo con la polémica. Los errores del colegiado en Anoeta fueron el fundamento de la victoria del Real Madrid. La Real consiguió empatar con un gol de todo punto legal y le arrebataron su derecho a competir por el resultado. El penalti del 0-1 siembra dudas, si bien la imagen no aclara si hubo contacto o no. Tampoco si Benzema controló con el brazo o el hombro en el 0-2, por mucho que el gesto fuera sospechoso. Pero la invalidez del 1-1 es insostenible. Nada que no se pudiera esperar con el Real Madrid en plena lucha por ganar la Liga. El VAR es incapaz de enterrar estas viejas historias ●