Se puede, contra viento y marea

í se puede. Claro que se puede. Esto es la Real y se trata de mantener una posición o conquistar otra que está a dos puntos en cuatro partidos. Si algo ha demostrado la escuadra txuri urdin es competitividad este curso. Con sólo 14 jugadores de campo del primer equipo disponibles, con una estrella como Odegaard que pierde brillo por su latosa lesión, con algunos indispensables como Merino u Oyarzabal con el chivato de la gasolina encendido en su salpicadero, con un calendario endemoniado, contra viento y marea, enviando a las tropas a luchar contra los elementos, los realistas deben sacar fuerzas de flaqueza para obtener el premio europeo. Son cuatro partidos en 10 días. Sólo quedan 11 para que esto acabe. Merece la pena el último esfuerzo, ahora que parece que todo se ha puesto en contra. El aluvión de desdichas desde el retorno a la competición es de ‘Expediente X’, pero no se puede morir en la orilla. Y es ahora, cuando cada gramo de energía cuenta, cuando todavía es más evidente el agravio increíble de tener que jugar con dos jornadas menos de descanso que los dos próximos enemigos, que además rivales directos, Granada y Villarreal. Cuando Tebas y compañía montaron este tinglado, necesario para que clubs y futbolistas mantengan su estatus, no advirtieron el perjuicio que supone para un equipo tener casi la mitad del reposo que su adversario a estas alturas, con los esfuerzos acumulados y a más de 30 grados. Está mal hecho y la Real es una de las grandes perjudicadas. Pero no es hora de llorar ni de excusas. Toca luchar ●