David Silva y la Real baila

in la necesidad de alborotar al personal metiendo ruido, con la discreción de los depredadores cuando se van de cacería, David Silva ofreció los primeros esbozos de su repertorio el sábado en la victoria al Elche. Como estaba previsto, Imanol Alguacil alineó al fichaje estrella de la Real a la primera que pudo. En cuanto vio que la condición física del grancanario superaba la mínima criba como para que fuera libre de crear jugadas en la línea de tres cuartos. Silva no está como una moto en el apartado aeróbico, exactamente igual que la gran mayoría de sus compañeros y que el resto de futbolistas de Primera. De manera que si no se encuentra en plenitud, se debe, seguro, a la atípica naturaleza de este calendario. Además de que tuvo que detenerse en la puesta a punto por ser positivo en coronavirus. Al porcentaje de su estado de forma en el que quiera que esté, Silva, tras el ensayo contra el Real Madrid como suplente, impartió magisterio desde su primer día como titular en la Real. El equipo se habría marchado al descanso ganando al Elche si Isak hubiera acertado en alguna de sus cuatro ocasiones pero Silva ya estaba carburando su ingenio en la zona de la creatividad. Filtró al sueco el pase decisivo en el minuto 2, metió otro por arriba, inmenso, a Aihen ,y encontró a Portu antes de que el murciano centrara en el taconazo de Isak al larguero. Y conectó con Merino por dentro con una aplastante calidad, liderando el monólogo. Sólo queda frotarse las manos: esta Real bailará al son de Silva ●