El primer baile
or fin arrancó la temporada y bajaron los decibelios del ruido exterior para convertir la pelota en protagonista. Si la pasada temporada fue la más extraña de la historia, la que acabamos de estrenar tampoco tiene pinta de ser una cualquiera. Tras el cataclismo del 2-8 de Lisboa, el Barça ya no es el mismo y recién intenta levantarse hacia su reconstrucción o, por lo menos, para poder despedir de una forma digna al mejor jugador de su historia.
Muchos aprovecharon el confinamiento para ver ‘The last dance', el documental sobre la última temporada de Michael Jordan en Chicago. Un excelente trabajo periodístico y televisivo de ESPN para entender la magnitud del mito. Los amantes de la NBA saben que, desde la salida de Jordan de Chicago, los Bulls no han podido ganar ni siquiera su título de conferencia. El sinónimo de Jordan en el fútbol es Leo Messi.
Con las salidas de Vidal, Rakitic, Semedo y, sobre todo, Suárez -que se ha marchado con la pistola cargada- se ratifica la “operación salida” que busca la dirigencia. Pero falta la “operación refuerzos” que necesita Koeman para poder competir como la afición exige y merece. Lo bueno es que Messi está y, además, ya se le ha visto marcar y sonreír. Como dijo Koeman, a pesar del dolor de la salida de su gran socio y amigo, Messi es un profesional enorme y dará todo por el escudo, aunque aproveche cualquier ocasión para disparar hacia el palco. Esta campaña comienza con ilusión, sin público y aún en crisis de Covid-19. Ojalá que pase a la historia como la última temporada de la pandemia y no por un melancólico ‘last dance'
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