Fe en lo que hacen

ay momentos en un equipo de fútbol en los que cuesta ver la salida del túnel. En los que se tiene la sensación de que todos los intentos son vanos. De que, hagas lo que hagas, la moneda saldrá cruz. Éste puede ser uno de esos contextos para una Real a la que le cuesta explicarse a sí misma en qué momento perdió el hilo para pasar de ser el equipo más temible de la Liga en los dos primeros meses de competición a casi colista en las diez últimas jornadas, con una racha de dos victorias en los últimos dieciséis partidos oficiales. No es exagerado asegurar que el potencial de la Real no le daba para pelear la Liga al Atlético pero tampoco para atravesar por esta época de penuria en la que está inmersa desde finales de noviembre. En ninguno de estos dieciséis partidos, además, la Real se ha visto atropellada por su rival y en todos, hasta en los que perdió, tuvo opciones de empatar o ganar. Algo hace mal cuando se le han ido 22 de los últimos 30 puntos y ha quedado fuera de la Copa y la Supercopa. El equipo ha perdido mucha eficacia en ambas áreas. Encaja muchos más goles (1,4 por partido en los diez últimos) que en el inicio de Liga (0,3 por choque) y le cuesta más anotar (21 por 10) pero no ha perdido su identidad. Creen en lo que hacen y ése es su mayor aval. El calendario se va a suavizar a partir de ahora y, por tanto, con las piernas más ligeras, la cabeza más fresca y pudiendo dar más continuidad a un ‘once', cuesta creer que esta Real no regrese más pronto que tarde a los niveles futbolísticos y competitivos de principio de temporada ●