El bajón de la Superliga
El miércoles por la mañana Antonio García-Ferreras estaba muy enfadado
Que la promesa de no haya durado ni 48 horas ha caído como un jarrón de agua fría en El martes al mediodía, abría eufórico su programa ‘Al rojo vivo' todavía con el subidón de la presencia de en la noche anterior. El presentador, con un nivel de excitación superior a lo habitual, cargaba con prepotencia contra la yla por sus amenazas y contra los responsables políticos “que lo que deben hacer es enterarse, informarse
Ferreras Florentino Pérez UEFA Superliga laSexta. Antonio García El Chiringuito FIFA
y no apuntarse a la demagogia futbolera” e insistía que a los que criticaban la propuesta solo les preocupaba “su cortijo”. “¡Y luego dirán que soy del ¿Y qué? ¿Y qué? ¡Sobre todo somos del fútbol!”. Se olvidó de sus tertulianos y se recreaba largamente en un monólogo en el que se sentía muy a gusto. Parecía que abroncara a los espectadores que estaban en sus casas. Tenía una actitud desafiante, sarcástica, haciendo reproches a la UEFA y a la FIFA, convencido que la Superliga ya era una realidad. Pero el miércoles, cuando la situación dio un giro de 180 grados y los clubes ingleses ya se habían borrado de la nueva competición, estaba indignado. Con las imágenes de los aficionados ingleses celebrando la vuelta atrás, García-Ferreras miraba otra vez a cámara para reprochar: “¡Lo que no saben algunos de los que desconocen el mundo del fútbol es
Real Madrid!
que muchos de los aficionados que salen hoy a protestar allí salen a protestar porque culturalmente están hartos de que sus equipos de fútbol estén en manos de jeques y magnates del petróleo! ¡Hay un desgarro en su interior y ahora esto es lo que les ha hecho saltar!”. El bajón por el fiasco de la lo alteró hasta el punto de que García-Ferreras, más que el moderador de un espacio de debate se convirtió en tertuliano en su propia casa. De hecho, prácticamente no dio juego a la mesa para debatir la situación futbolística, sino que fue él el que se encargó de lamentar el fracaso del proyecto. Más que informar a la audiencia, parecía que la reprendía, que la aleccionaba. Resulta asombroso cuando un presentador pierde su rol y en el melodrama de su relato televisado deja de ejercer de periodista y parece convertirse en arte y parte de la noticia ●
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