El vals del obrero
os guipuzcoanos han brillado con luz propia el fin de semana en que se ha rendido culto al proletariado. 24 horas después de que se celebrara el Día Internacional del Trabajador, Peña II y Albisu se hicieron acreedores a uno de los mayores éxitos del deporte vasco: se clasificaron para la gran final del Mano Parejas. Es el fruto a una década de evolución en el caso del zaguero de Ataun; y la consecuencia de una progresión meteórica en Primera para el delantero de Tolosa. En silencio y sin que nadie les haya regalado nada, se postulan en la antesala de la historia. Son valores adheridos al sacrificio que en esta tierra siempre fueron incondicionales. “Este es mi sitio, esta es mi gente, somos obreros, la clase preferente. Por eso hermano proletario con orgullo yo te canto esta canción”. Uno de los himnos líricos del rock alternativo cobra fuerza cada primero de mayo. ‘El vals del obrero' que compuso Ska-P para llevarlo al estrellato resuena en el frontón y su eco también se ha dejado notar con potencia en los campos de fútbol. La jornada ha deparado secuencias que homenajean a los sembradores que con más dedicación se empeñan en ganarse el jornal. Álvaro Cervera festejó a lo grande la salvación del Cádiz; Kike García, adalid del proletariado en la delantera, alargó la vida del Eibar en Primera una semana más. Milagros con menos repercusión que importancia. A la Real se le agota la energía tras una temporada extenuante y, como durante toda su vida, apelará a la más entregada profesionalidad, al destajo, para volver a viajar por Europa. ¡Resistencia! ●