ESTA REAL ES
Da muestras de estar fundida y no puede pasar del empate en casa ante un defensivo Rayo Zubimendi, con un disparo desde la frontal, autor de la única ocasión de todo el partido
Alerta amarilla. La Real está tiesa. En el tramo de calendario en el que todo se va a decidir está dando muestras de hallarse fundida, al límite. Ya había ocho bajas antes de empezar el partido (la de Merino por sanción y la de Kubo y Traoré por selecciones) y en el combate nulo contra un racanísimo Rayo cayeron otros dos: Zakharyan y Le Normand, rotos por la acumulación de partidos y de disputas. En esta tesitura, a la Real sólo le alcanzó para empatar contra el Rayo Vallecano en casa. Las opciones Champions se le están escurriendo de los dedos
con los puntos perdidos en Anoeta, excesivos y ante rivales que no figuran en la misma guerra. El partido fue muy difícil de digerir.
Esa Real, que pareció tan poderosa y jerárquica en el doble enfrentamiento ante el Celta, se diluyó por completo ante el Rayo. Cero ocasiones de gol de verdad. Un intento de Zubimendi y nada más. El partido fue insoportable porque el Rayo Vallecano tampoco parecía interesado en el área rival. Remiro ni se manchó los guantes. El que renunció a comer en condiciones por ver a la Real se quedó sin comida de sábado y sin partido.
Pérdida de dos puntos y aviso. LaLiga es la que da y quita razones. Llegar a semis de Copa y a octavos de Champions es muy meritorio e ilusionante, pero los garbanzos se cuecen en el hogar liguero. Y aquí no está fina. Y ojo porque el Mallorca tampoco regalará la final. Con partidos como éste, es mas difícil soñar con hazañas y copas de metal.
Un Galán en el ‘once
Imanol decidió ponerse el traje de revolucionario en esta ocasión para dar una tregua a algunos de sus futbolistas más exprimidos, como Oyarzabal y Brais. Creó nuevas alianzas en el campo, como el inédito
dúo ofensivo compuesto por André Silva y Sadiq, que no funcionó, o la dupla de los mediocentros con label guipuzcoano de calidad, Zubimendi-Turrientes. Además, hizo debutar a Javi Galán, como se esperaba porque no había otro lateral izquierdo disponible, y redobló su confianza en el vinotinto euskaldun Aramburu. Retomó el 5-3-2 que tan buenos réditos le había dado siete días antes en Vigo. Cinco cambios con respecto al encuentro de cuatro días antes. Piernas frescas, oxígeno para las neuronas. Por lo menos en la teoría, porque la práctica fue decepcionante, soporífera. No apta para habituales de la siesta.
Fueron 90 minutos de la nada más absoluta en Anoeta. Sólo el descuento de la primera parte, con una ocasión muy clara de Zubimendi y un intento de genialidad de Galán, animó a una parroquia ya un tanto descolocada por la extrañeza de la hora, la más propicia para ver fútbol, pero en Japón. Y además sin Kubo. Y cayeron otros dos: Zakharyan y Le Normand. Qué cruz.
Más que fútbol, parecía una partida de ajedrez, con dos equipos más empeñados en ser fieles y ortodoxos a su estilo que en buscar la profundidad y el gol. Remiro pisaba el cuero y el tiempo pasaba sin que encontrara la fórmula para entregársela a un compañero en ventaja y superar la presión adelantada del Rayo. Y lo mismo le sucedía a Le Normand, al que flotaban, porque tampoco es el más certero distribuyendo el cuero.
Brotes verdes de ‘Turri’
El único que parecía dotar de dinamismo y zancada al juego era Turrientes, que además lo intentó con la zurda desde el borde del área. La Real apenas sufría, lo hacía mucho más su afición con algunos pases de riesgo de su portero a futbolistas con pares pegados como lapas. Galán también despertó al que tenía intención de descabezar un sueñecito con dos centros marca de la casa, con rosca y fuerza, pero sin rematador. El proceder de un Sadiq desbaratado, torpe con el cuero, desconectado, era la mejor metáfora de por dónde se desarrollaba el duelo.
Hasta que Zubimendi por fin pudo girarse y la Real, en consecuencia, estirarse. Llegó esa acción del ‘4’ realista, que, bien asistido por Silva, buscó un hendidura para colar el cuero entre una jungla de piernas desde el balcón del área para el lucimiento de Dimitrievski. En el rechace del córner posterior, Galán, con un escorzo casi contrario a las leyes de la física, intentó marcar por la escuadra con el exterior de su zurda.
Triple cambio
Las lesiones de Zakharyan y Le Normand terminan por emborronar un partido insoportable
La ilusión de todos era que el descanso fuera como una catarsis y el segundo tiempo, un espectáculo más visible, pero nada más lejos de la realidad. Y eso que Imanol trató de agitar el avispero con un triple cambio. Sadiq, Silva y Zubeldia dejaron
Esperanzador debut de un Galán duro en los duelos y autor de dos centros con picante
su puesto a Oyarzabal, Becker y Urko, movimiento que trajo consigo que Zubimendi pasara a la línea de tres centrales. Ganó el equipo en la salida de balón, pero seguía ahogándose y cayendo en fuera de juego por mor de la línea defensiva adelantada del Rayo. Y de nuevo fue Turrientes el único que ofreció algo distinto, que meneó el plan establecido en el guion. El de Beasain penetró en el área pese a que tenía un ejército de hombres vestidos de negro por delante y facturó otro zurdazo que tuvo que despejar el meta.
A partir de ahí, fue un canto a la impotencia, una demostración de que el equipo está tieso. El siguiente caído en combate fue Le Normand. Tras un encomiable esfuerzo y un partido notable, reventó. Y pidió el cambio. Cómo estaría.
Y llegó el descuento. Y luego, el final. Y siguió sin pasar nada. La frustración se hizo carne. La Real está fundida. Qué bien vendrán estos siete días sin partido
REMIRO Infartante
En su afán de buscar huecos que nadie atisbaba retuvo y pisó el cuero hasta parar el mundo y arriesgó mucho en pases centrados a jugadores tapados. Por lo demás, mediodía plácido de sábado.
ARAMBURU Luchador
Acabó exhausto como todos después de otra actuación notable en la que casi siempre eligió bien y ganó sus duelos por abajo y por arriba. Le faltó frescura para centrar con más finura.
ZUBELDIA Intachable
Otro ejercicio excepcional de anticipación y templanza para cortar y salir jugando. Disputó 62 minutos pese a pasar por el hospital por una indisposición y no haber comido.
LE NORMAND Destrozado
Gran partido hasta reventar. Ya había avisado de que se estaba rompiendo y ‘petó’. Muy ajustado en el eje de la línea de tres centrales, se aventuró a conducciones largas porque le flotaban en la iniciación y hasta tiró un desmarque al espacio. Duro.
PACHECO Concentrado
Un partido para crecer, coronado con un tackle al límite con De Frutos que celebró como un gol. Extraordinario para pegarse y robarle el cuero y el aire a Isi. Buscó el fútbol en largo.
GALáN Esperanzador
90 minutos de brega y subidas en su debut. Dejó detalles para la esperanza, como ese temperamento para ir a muerte a los balones divididos, incluso los que parecen perdidos. Trazó dos centros exquisitos, uno de ellos tras un control que retrata su talento. Fatigado.
ZUBIMENDI vigilado
No le dejaban respirar ni girarse en la salida de balón y la Real sufrió. Cuando logró tomar aire, halló puntualmente a sus aliados con globos en largo y en corto. Tuvo la más clara, con su chut desde la frontal. Más cómodo para pasar y llevar el esférico como central.
ZAKHARyAN Cojo
Una falta lanzada con intención y casi nada más antes de tener que salir del campo arrastrando el tobillo izquierdo. Otro lesionado.
ANDRé SILvA Desaparecido
Algún detalle técnico muy aislado, una gran dejada a Zubimendi. Y nada más. Apenas se llevó balones ni dio soluciones al juego.
SADIQ Desbaratado
Cuando se pone en modo desastroso, no hay nada que hacer. No hacía más que caerse, falló controles fáciles, caía en fuera de juego y no ganó un solo balón.
Los cambios
BRAIS Apagado
Trató de reorganizar el juego, pero, muy encimado por los enemigos, apenas aplicó fluidez. Tampoco creó peligro en la estrategia.
OyARZABAL Agitado
No tuvo opciones y se le vio un tanto ansioso con el cuero. Sin ocasiones.
BECKER
Parecía que podía reventarla con su velocidad con la línea adelantada del Rayo, pero o cayó en fuera de juego o no leyeron sus desmarques.
URKO Tapado
No le encontraron.
OLASAGASTI Oportuno
Un corte providencial ●