Lástima que solo dure 7 días
Todavía con la resaca del espectáculo vivido en la
Volta a Catalunya 2024
escribo estas líneas. Mucha era la expectación que había antes del inicio por un recorrido renovado, con la esperada etapa reina con el
Coll de Pradell y el ascenso final a Queralt yconla presencia estelar de Tadej Pogacar, el ciclista total, valiente, al que le gusta dar espectáculo y sentir el calor de la afición. Sin lugar a dudas, tras la traca final en
Montjuïc la Volta ha subido de nivel y la lástima es que sólo dure siete días. No tiene la Volta no tiene nada que envidiar a ninguna carrera.
R
ubèn Peris y su equipo hicieron un buen trabajo, arriesgaron y configuraron un recorrido atractivo, en el que aunque hubiera un claro dominador la carrera siguió siendo interesante y emocionante. El Berguedà mostró su ADN ciclista y se constató que Catalunya tiene mil y un rincones en los que diseñar una etapa de diez. En 2025 la carrera volverá a salir de Sant Feliu de Guíxols y acabará en Barcelona de nuevo, con la visita a alguna estación de montaña de
Ferrocarrils de la Generalitat. Sobre la mesa de Rubèn Peris se acumulan muchas solicitudes de ayuntamientos para acoger salidas y llegadas de etapa, dado el retorno y el impacto mundial que tiene la Volta al llegar a más de 190 países.
A
hora sólo queda encajar las piezas para configurar un edición 2025 tan apasionante como ésta. Y, puestos a pedir, ojalá Tadej Pogacar repita en la Volta y sólo faltaría que el danés
Jonas Vingegaard la incluya en su calendario de carreras. Por pedir, que no quede