Pelayo acaba con la sequía
Cinco años después un español gana en el Giro una gran etapa y Pogacar supera el sterrato sin problemas
Para ser sólo cinco españoles en el Giro de Italia no lo están haciendo nada mal, con Juan Pedro López entre los diez primeros de la general, con presencia en casi todas las fugas y con la gran victoria ayer de Pelayo Sánchez en el sexto asalto de la Corsa Rosa. Un triunfo de clase y casta, que llega después de los dos últimos logrados por Pello Bilbao para el ciclismo español en el Giro de 2019, y después de una batalla titánica. En su primera temporada en el equipo Movistar, el de Tellego (Asturias) protagonizó ayer una etapa para enmarcar. Supo colarse en la fuga del día, darlo todo cuando tocaba y esconderse cuando la carrera lo pedía, como en los kilómetros finales, cuando el pelotón se echaba encima de los escapados y sus dos compañeros de fuga, el francés Alaphilippe, con quien tuvo sus más y sus menos, y el australiano Plapp, jugaron sus cartas.
A falta de un kilómetro, el pelotón se acercaba al trío de cabeza y Pelayo, Don Pelayo desde ayer, se dejó caer a cola del grupo de tres, lo que le permitió leer el desenlace de la etapa de forma fantástica. Alaphilippe atacó en los últimos metros y Pelayo saltó a por él como un poseso. Se puso a su altura y en un sprint de darlo todo cruzó primero a línea de meta en Rapolano tras 180 kilómetros para enmarcar, en su tercera victoria, segunda del año tras la inicial en Mallorca y un triunfo que sabe a gloria en las filas del equipo telefónico. Fue el mejor final de una jornada para el recuerdo, en la que de inicio se planteó el debate de si le convenía a Tadej Pogacar perder la maglia rosa. Por momentos dio la sensación que la voluntad del esloveno era ceder el liderato, pero el propio ritmo de la carrera tiró por tierra esta idea.
Alaphilippe demostró en todo momento tener buenas piernas, y fue uno de los más activos en la formación de la fuga, que de inicio fue de seis corredores y en la que sólo quedarían Alaphilippe, Pelayo y Plapp, australiano que llegó a coquetear con el liderato de la carrera. La diferencia de los tres de cabeza no llegó a ser superior a los tres minutos, con un equipo Ineos sólido, protegiendo al galés Thomas y un Pogacar más escondido. A 5 kilómetros de meta la diferencia de los tres héroes del día sobre el pelotón era de 43 segundos, renta que hicieron buena y que tuvo su rúbrica con la victoria de Pelayo Sánchez, de Don Pelayo.
“Ganar una etapa en el Giro es una locura. El año pasado me quedé cerca en La Vuelta y aquí me he quitado la espina. Estoy sin palabras”, dijo el asturiano antes del duro asalto de hoy, una larga contrarreloj de 40 kilómetros, con los últimos seis cuesta arriba, que puede empezar a marcar ya grandes diferencias en la general