Un marcador de Wimbledon o Roland Garros
El Dos de Mayo, día de la Comunidad de Madrid, el Barça firmó uno de los mejores partidos de su historia
Ronaldinho Gaúcho destrozó la primera presidencia de Florentino Pérez en el Madrid conduciendo hacia lo más alto del fútbol mundial a un Barça que dejó al equipo Pérez sin un solo título entre 2003 y 2006. Cuando regresó a la poltrona, aquello estaba tan mal como lo había dejado o peor. Pérez se fue con el Barça camino de París y volvió con los azulgrana festejando el triplete... y un colosal 2-6 en el Bernabéu. Y lo que era peor: con un Messi de 22 años.
El Barça de Guardiola se presentó en Chamartín el 2 de mayo de 2009 con una ventaja de sólo cuatro puntos tras haber estado doce arriba. El Madrid de Juande Ramos había ganado todos los partidos desde su derrota en el Camp Nou, en la primera vuelta. Media Liga ganando que valió a los blancos para recortar la desventaja.
La situación provocó la típica campaña mediática de la Caverna, que llevaba semanas hablando de ‘canguelo’ en el Barça. El partido, además, llegaba entre la ida y la vuelta de la semifinal de Champions entre el Barça y el Chelsea, mientras el Madrid ya no estaba: había caído fulminado por el Liverpool en octavos: el 4-0 del chorreo de Boluda, presidente ‘accidental’ del Madrid. ¡Y tan accidental!
Todo parecía ir a favor de la remontada del Madrid en la Liga, especialmente cuando a los catorce minutos Higuaín remataba de cabeza un centro de Sergio Ramos, con falta de Robben a Touré Yaya incluida en la jugada. Pero, tres minutos más tarde, Henry, que jugó su mejor partido como azulgrana, ya había empatado, a pase de Messi, con acrobacia ridícula de Ramos intentando cortar el pase. Y otros tres después, Puyol de cabeza ponía por delante al Barça, y lo celebraba besando la ‘senyera’ del brazalete y mostrándola al público. Gallina de piel.
Estreno como ‘falso nueve’
El Madrid ya fue siempre a remolque. Messi, que estrenó esa posición de ‘falso nueve’ que enloqueció a la zaga blanca, puso el 1-3 antes del descanso tras robo de balón de Xavi. El 2-3 blanco fue consecuencia de un robo de... ¡Undiano! y de una falta inexistente señalada a favor del Madrid. Pero después... el éxtasis. Henry a la contra, golazo de Messi y remate final de Piqué mostrando escudo y colores a la grada. Sublime: marcador de Wimbledon para celebrar el Dos de Mayo, Día de la Comunidad de Madrid.
Fue un avance de lo que el futuro iba a deparar a Pérez: si Ronaldinho había destrozado su primera etapa, Messi iba a reventar la segunda. Y así fue
El Barça liquidó la Liga entre la ida y la vuelta de la semifinal con el Chelsea